De la vulgaridad del Elías Ahuja al puritanismo feminista
Se ha instaurado una especie de policía de la moral feminista que se arroga la facultad de decidir qué ofende y qué no ofende
Es increíble la que se ha liado en España por el cachondeo de unos estudiantes del colegio mayor Elías Ahuja con las estudiantes del colegio ... de enfrente, el Santa Mónica. Los colegiales utilizaron un lenguaje soez y vulgar dirigiéndose a las universitarias, a las que llamaban putas, ninfómanas y otras lindezas. Pero de ahí a plantear que esto supone un delito de odio o una demostración de machismo es una auténtica barbaridad, porque se sacan de contexto este tipo de actos. Conozco perfectamente la zona porque estuve en un colegio mayor de la misma, el Johnny (San Juan Evangelista) y es tradición que entre colegios se lancen todo tipo de improperios contra los que están enfrente, sobre todo, durante el primer mes del curso. Podría enumerar un sinfín de frases contra los colegios de la competencia y las que recibíamos como réplica. De hecho ya se han difundido vídeos de las estudiantes del Mónica lanzando improperios contra universitarias del colegio de enfrente.
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Pero todos los que están en los colegios mayores saben que forma parte de un juego, de un cachondeo, que para nada tiene consecuencias físicas ni se hacen con ánimo de ofender a nadie. Lo que pasa es que ahora hay bastante menos libertad que antes. Y todo por el puritanismo feminista que se ha implantado en España, que ha provocado que el mismísimo presidente del Gobierno se refiera a este asunto en medio de una cumbre donde se están tratando aspectos tan importantes como es la guerra de Putin contra Ucrania. No tengo muy buena memoria, pero no recuerdo que Pedro Sánchez hiciera mención alguna en algunos de sus viajes de la violación que sufrió una joven que estaba en un centro de menores de Valencia por parte del exmarido de la entonces consejera Mónica Oltra… Pero lo peor es que el pensamiento único que se está imponiendo en España ha llevado al líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, a seguir el juego y arremeter contra estos colegiales, como ha hecho casi todo el espectro del Congreso de los Diputados. Gabriel Rufián, que pertenece a un partido cuyo líder ha sido encarcelado por dar un golpe de Estado, ha salido diciendo que estos chavales son «futuros depredadores, nidos de la derecha, la ultraderecha y la judicatura». Le ha faltado decir de esa judicatura que osa condenar a un delincuente como Junqueras.
Un sinsentido. Politiqueo barato. Estamos en mano de una especie de policía de la moral feminista, que se arroga la facultad de decir si unas chicas han sido ofendidas, pese a que éstas digan lo contrario. Paternalismo o maternalismo puro. Llama poderosamente la atención que las universitarias del Mónica hayan emitido un comunicado defendiendo a los del Ahuja, aunque hayan dicho que no les gustaron las expresiones vertidas. O sea, que fueron soeces y vulgares, sí, pero ya está. No hay que sacar las cosas de quicio, porque saben que esto no deja de ser un cachondeo previo a una fiesta de confraternización entre ambos colegios, de donde nacen muchas parejas o simplemente rollos de una noche de fiesta. Pese al revuelo formado a nivel político y mediático apenas se concentraron un puñado de personas a las puertas del colegio mayor, y ¡oh, casualidad! se destacaba en las crónicas que no se había sumado ni un sólo colegial de los colegios adyacentes. ¿A nadie de esta clase política que está tan ofendida y alarmada le llama la atención estos hechos? ¿Nadie se para a pensar que a lo mejor se están sacando las cosas de quicio porque no se conoce el contexto de este tipo de actuaciones? ¿Es normal que se expulse a un universitario del colegio mayor por ello o, lo que es peor, que la Universidad Complutense haya abierto un expediente que puede acabar con la expulsión de la carrera universitaria? ¿O que la Fiscalía se haya visto empujada a abrir unas diligencias informativas para comprobar que se ha cometido un delito de odio? ¿Estamos locos? ¿Hasta dónde nos va a llevar este radicalismo feminista? No es de extrañar que cada vez haya más personas, muchas de ellas mujeres, que vean con recelo un movimiento que propugna la igualdad, pero que patina con linchamientos como el del Ahuja.
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