Virgen de Dolores
Hay que reconocer que muchas de las advocaciones marianas se centran en aspectos vinculados a momentos tristes de la biografía de la madre de Jesús ... de Nazaret: Penas, Angustias o Dolores por poner algún ejemplo. Este lunes se celebra el día de la Virgen de los Dolores, aunque tradicionalmente se celebra el viernes previo a la Semana Santa.
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Estrenamos semana en este ecuador del noveno mes del año y lo hacemos con la fiesta litúrgica de la Virgen de los Dolores. Al celebrar la memoria de Nuestra Señora de los Dolores, contemplamos a María que comparte la compasión de su hijo. Como afirma san Bernardo, la madre de Cristo entró en la pasión de su hijo por su compasión. Sin embargo, su discreción nos impide medir el abismo de su dolor; la hondura de esta aflicción queda solamente sugerida por el símbolo tradicional de las siete espadas. Tras la resurrección, las lágrimas que derramó al pie de la cruz se han transformado en una sonrisa que ya nada podrá extinguir, permaneciendo intacta, sin embargo, su compasión maternal por nosotros.
María ama a cada uno de sus hijos e hijas, prestando una atención particular a quienes, como su niño en la hora de su pasión, están sumidos en el dolor. El salmista, vislumbrando de lejos este vínculo maternal que une a la Madre de Cristo con el pueblo creyente, profetiza de la Virgen María que «los más ricos del pueblo buscan tu sonrisa» (Sal 44,13). De este modo, movidos por la Palabra inspirada de la Escritura, los creyentes buscan siempre la sonrisa de Nuestra Señora. Este sonreír de María es para todos y todas; pero se dirige muy especialmente a quienes sufren, para que encuentren en ella gran consuelo y sosiego en medio del dolor y el transcurso de la vida.
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