Sr. García .

Año Viejo

CRUCE DE VÍAS ·

Me hubiera gustado aplazar la vuelta para el próximo año, pero los pasajes de avión marcan fechas inflexibles

Hoy 31 de diciembre aún no he aterrizado. Hace una semana que llegué del viaje y sigo sobrevolando el territorio donde se encuentra mi destino. ... Me hubiera gustado aplazar la vuelta para el próximo año, pero los pasajes de avión marcan fechas inflexibles. Hay un billete de ida y otro de vuelta. Me fui para estar lejos. Desde siempre he pensado que la distancia permite distinguir mejor la realidad. También elegí la distancia para olvidar y en determinados momentos lo conseguí. Era tan poderosa la naturaleza que me rodeaba que conseguía eclipsar la tristeza. Yo estaba solo y feliz en la mitad del mundo. Hubo días en los que pasaba horas sin cruzarme con ninguna otra persona. Andaba entre plantas salvajes y animales que se quedaban quietos observando al extraño que pasaba a su lado en silencio. Yo había dejado la jungla de asfalto para conocer la selva virgen. Volví a los orígenes. A veces tuve la sensación de pasear a solas por el paraíso terrenal. Me hallaba en una isla diminuta en medio del océano Pacífico con todo lo necesario para sobrevivir. No echaba de menos nada ni tampoco a nadie, porque los vivos y los muertos estaban a mi lado, tan cerca que podía tocarlos. Entonces reconocí que era cierto lo que decían de mí, que vivía con fantasmas y que había emprendido el viaje para reunirme con ellos. Yo elegí el lugar de la cita y ni siquiera hizo falta mencionar el nombre. Uno tras otro acudieron al reencuentro. No señalé la hora ni el sitio, los sentimientos se habían encargado de ir dejando una huella imborrable. Se trataba de vernos de nuevo felices para desterrar la tristeza. Asaltar el muro de las lágrimas y destruirlo. Mientras pienso en estas cosas continúo dibujando círculos en el cielo como un ave de presa. El deseo de cazar momentos y también recuerdos. Vuelo sobre la ciudad ensimismada cuyos habitantes transitan por las calles pendientes de la vida cotidiana. Mañana es lo que haces hoy. Veo a los conocidos dirigirse a sus quehaceres diarios. El presente inmediato es lo único importante para la gran mayoría, algo fugaz, como las luces artificiales que siempre se apagan para dar paso al amanecer. La historia de la humanidad es una constante sucesión de años viejos. Esta noche aterrizaré en tierra firme y desvelaré los motivos que me han trasladado tan lejos para encontrarme a mí mismo y resolver las dudas que no me dejaban vivir en paz. Hasta que las dudas se han desvanecido en el aire y regreso satisfecho a la casa de la memoria. El hogar entrañable en el que cada fin de año nos juntamos más invitados. Abro las puertas y abrazo a todos los que un día se fueron lo mismo que yo, sin tener muy claro adónde ni por qué.

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