Lo del cauce. Maratón de limpieza en lo que baja del Pantano del Agujero. Tampoco son los kilómetros reglamentarios, pero yo ando aquí, 'en recogiendo ... mierdas', que ahora esto es un deporte como inventando por Errejón y en el que pueden pasar jóvenes con cara de miradores, y pueden pasear niñas y hasta niños asomados al Guadalahorce, ese río por el que sólo reman los suspiros y pasan los delfines con hocico de liberado sindical y con ese aleteo de quien anda por la vida con carnet. Pues eso.
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Corro y recojo miasmas. Un borrachín me mira con cara de resaca. Me da, el dipsómano, más titulares que olvido. Ahí queda.
Más allá de la maratón hay una verdad, una verdad abierta, y es que en los científicos mediáticos y en los otros hay un 'meme', tatuado, que ni siquiera tiene encanto en el negacionismo. Es como ese cura de pueblo que se aprende un mojón de parla eucaristíca y negacionista y después se siente liberado al 'largarla' entre los suyos. Hablo de la Castilla profunda, que es así.
-Rocafort. Este tipo, Rocafort, habla con acento valenciano y es como yo. Un legionario que dice lo que le sale del 'sarga'. Sé que Juan Cano y Fernando Torres han estado en Ceuta. Existe un 'adagio' en la profesión por el cual tengo miedo, no me pueden enviar a una zona caliente y así. Yo les digo, «es lo que tiene no tener musilla». Yo quiero ir a Ceuta a hacer reporterismo canalla, pero dice Magnífico Margarito que «no es lo mío lo de las prosas bélicas.» Y con ese prejuicio me levanto, me ducho y hasta pago el autónomo. Mi hernano pequeño, Ondarra, se rié.
Hoy hablo de vidas desordenadas, que es mi vida. Málaga es ese paraíso que hay entre el que me dice que 'alikindoi' y los demás. Esta columna es la de la felicidad, que tampoco es tal y como tal la apreciamos. Por ahí anda Mariñoso, con sus calentones de cara y su prosa lisa, brillante y lírica.
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-Oliver. Oliver tiene un hijo, Carlitos, y a veces paseamos por el parque contando patos, ranas, patos y ranas. Patos hay dos en el Parque del Oeste. Lo de las ranas ya es más complicado. Con eso de los patos llamo a mi maitia Ondarra y le pregunto que qué tál están las 'gemelas de Sweet Valley', dice que «de dulce». Yo es que soy de coger el dulce hasta el final.
Luego está lo de la Sierra de las Nieves, que después de tanto tiempo va a ser Parque Nacional. De nación y de Viva España, que es lo lo que se trata. Y no sabe el 'target' de este periódico lo que uno ha luchado por estos montes y estos pinsapos. Felicidad es poco. De eso ya haré yo un reportaje oliendo a sierra.
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