En verano siempre es fiesta y en Málaga todos los días se celebra un festival, una feria, una onomástica importante, un aniversario, como el 7 ... de septiembre de Mecano, que es mañana, o el día oficial de cualquier cosa imprescindible en nuestra vida y por lo tanto reivindicable, desde la pasa a la poesía. Francisco Nixon cantaba que siempre es el cumpleaños de alguien y, del mismo modo, en verano siempre pasa algo, aunque cuando estamos de vacaciones lo que de verdad queremos es que no pase nada, con la política en silencio, y la actualidad y el estado de ánimo sometidos a un 'stand by' en el que mecerse.
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Todavía queda verano. No importan los agoreros que, a partir del 20 de agosto, o puede que antes, demuestran su afición por el desacato y anuncian que llegamos a su fin. «Ya para lo que queda de verano...», decían, y ahora preguntan qué tal ha ido, como si hubiera la posibilidad de alguno fatal. Pero todavía queda verano; es así en términos oficiales y según la propia ciencia. Los niños aún no van al colegio, empezarán a desaparecer poco a poco, y ahora el sol es más amable. Vienen los mejores días de playa y quedan jornadas continuas de esas que parece que tampoco se van a terminar nunca. Hay miles o quizá millones de personas que se cogen ahora sus vacaciones, y otras tantas que siguen sin poder tenerlas, bien sea por exceso o por defecto de trabajo. Queda mucho calor por pasar, y el calor siempre es la promesa de algo refrescante como la ducha en el infierno de aquel poema de Luis Alberto de Cuenca y que se refería a tu risa, o a una risa indeterminada y que es la tuya.
Al verano todavía le quedan festivales y estrellas fugaces para encontrárselas en el campo. Ayer de madrugada podía verse desde Málaga un cohete de Elon Musk. Se trata de un Falcon 9, lo que me ha hecho imaginar a un presidente del Gobierno del futuro de visita oficial a un festival de música electrónica aterrizando en una nave espacial, que es una alucinación netamente veraniega, o estival, que es lo que se tiene que escribir cuando se ha repetido tantas veces la palabra verano.
Ahora me niego a pronunciar la próxima estación del año bajo el convencimiento de que no existe aquello que no se nombra. Ahora es cuando hay que planear un viaje aunque sea corto y tengamos que llevarnos a cuestas el ordenador y la certeza del 'roaming', seguir en la playa y derrumbando la montaña de películas y lecturas pendientes, manteniéndose en el convencimiento de que siempre es verano hasta que llegue un día a la intemperie en el que se tenga mucho frío.
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