El 'Team Building'
La Justicia francesa ampara a un trabajador despedido por no ser «divertido»
Un trabajador francés ha sido despedido por no ser «divertido». Suena fuerte, pero en esencia ese es el problema que tuvo el buen hombre a ... quien la prensa francesa ha seguido con interés. El individuo, consultor de profesión, fue contratado por una empresa parisina cuyo ambiente de trabajo era distinto al que estaba acostumbrado. Los fines de semana le invitaban a fiestas y seminarios «desinhibidos» cuyo objetivo era la socialización con alcohol por medio.
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El consultor, que prefería una vida sana y estaba en la fase de creer que tenía suficientes amigos, declinó las reiteradas invitaciones que, a su juicio, «traspasaban lo aceptable». A este conjunto de actividades creadas para fortalecer la comunicación entre los miembros de un equipo de trabajo, con el objetivo de mejorar la productividad, se le llama 'Team Building', y generalmente propone iniciativas como jugar a la guerra con pintura, asistir a un baile con sorpresas, un escape temático, o pruebas para salvar el mundo de un ataque alienígena. No vamos a entrar en detalles, pero hay empresas dedicadas a estos menesteres que se rompen el magín para organizarte un fin de semana que puede dar mucha pereza.
El caso es que nuestro consultor no veía clara toda aquella incitación al desliz y expresó su opinión, cosa que, ya sabemos, es un deporte de riesgo. Los jefes, ni cortos ni perezosos, redactaron su despido aludiendo «incompetencia profesional y falta de alineación» con el espíritu divertido de la firma. También se le achacó «rigidez» en el trato, «falta de capacidad de escucha» y «un tono duro y desmotivador hacia sus subordinados».
El asunto, como se podía esperar, pasó a los tribunales y a la prensa. Despues de pelear, perder, apelar y volver a reivindicar, la empresa ha sido obligada a readmitir al hombre serio, y para arrancarle una sonrisa deben indemnizarle con casi medio millón de euros. Como el tema de la readmisión resultaba espinoso, llegaron a otro acuerdo económico y el consultor volvió a ser libre, esta vez con una cantidad suficiente para irse a revivir a otra parte.
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El caso tiene cierta enjundia, un mal ambiente de trabajo puede hacerte la vida imposible, pero lo de estar todo el día a merced de las ideas motivadoras resulta abrumador. La actividad laboral, como ha sido considerada hasta ahora, está seriamente amenazada por el miedo a nuestro comportamiento. Y algo chirría cuando necesitamos irnos a escondernos en un bosque para que nos encuentre el jefe.
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