Sostiene Sánchez
Ferraz es un correo electrónico clonado. Una carpeta compartida con permisos restringidos. Un despacho vacío sin secretario de Organización. La UCO sin prisa que se ... sienta a escuchar el silencio atronador de los informáticos. Pedro Sánchez organizando su bandeja de entrada en la Moncloa.
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La historia se repite. El fantasma del pasado regresó este viernes al PSOE, treinta y tres años después del registro de Ferraz por el caso Filesa. En aquel momento, una comisión judicial, a instancias del juez instructor Marino Barbero, se incautó durante siete horas de la documentación contable en la sede del partido. En esta ocasión, ha sido a instancias del magistrado del Tribunal Supremo Leopoldo Puente, aunque los agentes de la UCO de la Guardia Civil sólo necesitaron tres horas. Mismo lugar, misma motivación, cambian los protagonistas, se mantienen las siglas.
La actual legislatura está paralizada desde que los españoles conocimos los detalles de las tramas corruptas protagonizadas por Ábalos, Cerdán y Koldo, que alcanzan a multitud de dirigentes socialistas y que día a día vamos conociendo. Pedro Sánchez se ha refugiado en la Moncloa y desde allí está diseñando su estrategia de minimización de daños con los pocos afines que le quedan. Las declaraciones próximas de los implicados en el Tribunal Supremo y sus posibles pactos con la Fiscalía, amenazan su continuidad en la presidencia del Gobierno. Pueden comenzar a conocerse demasiadas tramas secundarias a modo de cadenas pesadas, que maniatarán su poder de maniobra y de las que ni el mismísimo Houdini podría liberarse. Mascarillas, cesiones a los secesionistas, acuerdos de gobierno, entornos familiares, guerras ministeriales, cloacas, medios de comunicación, magistrados.
Sostiene Sánchez que todo es un ataque a su persona por representar la excepción ideológica en Europa. Pide a sus socios parlamentarios que lo sostengan al precio de blanquear la corrupción institucionalizada, como única forma de poder sobrevivir todos ellos en la España imposible que apuntalan a diario. Sigue cometiendo el error de tomar por ignorantes no sólo a sus votantes, sino al resto de ciudadanos, que indudablemente no quieren participar de su política ficción. La auditoría interna que prometió se la está regalando la UCO, y sus socios están repartiéndose sus bienes sin necesidad de que nombre a Salvador Illa de albacea. No hay carta a los militantes ni a la OTAN que tape tanto. Su flor se seca, y por ende la del sanchismo que está en modo 'sálvese quien pueda'.
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Las palabras que Tabucchi puso en boca de su periodista vencido por la conciencia en su novela Sostiene Pereira, podrían servir también como epitafio del ciclo político de nuestro Sostiene Sánchez: «Una vida no ejemplar, un hombre lleno de sombras y de componendas. Una figura nada modélica».
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