Semana de pasión sanchista

La semana de pasión sanchista comenzó con el auto de la Audiencia Provincial de Madrid en el que avalaba la investigación que está realizando el juez Peinado en relación a los presuntos delitos cometidos por la mujer del presidente del Gobierno. El martes, Pilar Alegría mintió de forma descarada en la rueda de prensa posterior al Consejo de ministros, defendiendo que en el auto de la Audiencia se reprochaba al magistrado su «investigación prospectiva», términos que no figuran en ninguna de las veintitrés páginas del citado documento. Su argumentario-bulo hizo que hasta el mismísimo diario independiente de la mañana titulara su información sin ambages: «El Gobierno tergiversa el dictamen de la Audiencia de Madrid sobre el 'caso Begoña Gómez'». El 'no caso' repetido hasta la saciedad por todos los dirigentes socialistas, está adquiriendo dimensiones de huracán.

Gracias a 'El Confidencial' conocimos, también este pasado lunes, la repulsiva estrategia desarrollada por Moncloa para complacer una reforma exigida por EH-Bildu. La misma, permitirá reducir la condena de prisión de unos cuarenta y cuatro presos de ETA que habían estado encarcelados en Francia. A través de su conocido trilerismo parlamentario, engañó hasta al PP y Vox que votó positivamente en su tramitación. Un ejemplo es el de Txapote, asesino de Miguel Ángel Blanco, que verá cómo su condena se reducirá en seis años y, de salir adelante la modificación de la ley, el etarra podrá salir de prisión en tan solo unos meses.

El jueves conocimos la bomba informativa definitiva, en un nuevo informe sobre el 'caso Koldo' de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, donde se dan detalles del intestino corrompido de una trama que alcanza a varios ministerios, con un José Luis Ábalos al que se le quiere señalar como único responsable. No hay quien se lo crea. En el mismo informe, conocemos los extremos de lo que conocimos en 2020 como el 'Delcygate'. La factoría Moncloa nos trató desde el minuto uno a los españoles como imbéciles con sus numerosísimas versiones. Ahora hemos conocido que las tesis oficiales de aquella época fueron burdas mentiras. Nos hallamos ante un entramado en el que confluyen todos los escándalos gubernamentales, desde Delcy Rodríguez en Barajas hasta las mascarillas. Como si de una sopa de letras se tratara, en este informe de la UCO, podemos encontrar los políticos, empresas y estamentos podridos. Tic, tac, ¿el tiempo del sanchismo llega a su fin?