El discurso del otro rey
A la última ·
Desde que Umbral convirtiera su «he venido a hablar de mi libro» en género literario, los escritores en promoción son capaces de cualquier cosa con tal de vender ejemplaresComo lo único que sé de monarquías es lo que leo en ¡Hola!, desconozco qué terremoto institucional tendría que sacudir los cimientos de la Casa ... Real para que la reina Letizia diera el discurso de Nochebuena. Lo que sí sé es que me gustaría, y mucho: sus alocuciones son bastante mejores que las de su regio cónyuge, heredero de un tono borbónico que es su kriptonita acústica. Vale, molesta, pero no impide: el padre, mucho peor leyendo el teleprónter, nos amenizó treinta y nueve navidades. Y, por lo que se y lo que se adivina, le supieron a poco, así que se ha adelantado a su hijo con un mensaje navideño alternativo en el que, de paso, promociona su libro. «He realizado este esfuerzo de escribir mis memorias…», dice. Sí, el mismo que Isabel Preysler.
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Desde que Umbral convirtiera su «he venido a hablar de mi libro» en género literario, los escritores en promoción son capaces de cualquier cosa con tal de vender ejemplares. Chuck Palahniuk monta unas performances de aúpa, aunque nunca llegará a ser Cela asegurando que podía absorber agua por vía anal ante millones de espectadores. Alguno lo intentó, como lo de doblar cucharas viendo a Uri Geller.
Lo que intenta ahora el otro rey es reivindicar su papel en la historia como quien rescata un tique de compra del 78 para que le devuelvan el importe de un televisor Telefunken. Él ha venido a hablar de su legado, y lo hace en una grabación que parece rodada por un Froilán resacoso. La Casa del Rey considera que el vídeo es innecesario e inoportuno, tanto como el libro, que hoy sale a la venta. El daño que le hace a su hijo se lo pasa por la punta del cetro: vuelva a casa o no, el padre pródigo sigue dando la real turra. Lo tendrían que castigar sin móvil.
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