El consejero de Políticas Migratorias de Navarra, Eduardo Santos (única cartera de Podemos), ha pedido que ciudadanos privados españoles no participen en iniciativas solidarias privadas ... de ayuda a refugiados porque están creando «el caos». Habrá que preguntarse el caos comparado con qué. Si es más caos que la cuneta de Donohursk por la que arrastran la maleta a diez grados bajo cero madres con niños a los que se les caen dos velas como para la Copa América.
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Si el sistema profesional de ayuda humanitaria -que tanto y tan buen trabajo hace- no había traído a Pamplona a 400 refugiados hasta ahora y no deben acudir iniciativas privadas, se entiende que lo que proponen es que los hubiéramos dejado allí. También acusan a las caravanas de saturar los almacenes de ayuda para la gente. Yo pensaba que se trataba justamente de que les llovieran del cielo abrigos, botas, mantas, coches de niños, material médico, etc. Ahora me entero de que lo que nos llevaba a hacer siete mil kilómetros cruzando Europa a dos euros cuarenta el litro de diésel para traer a más de veinte personas con sus familias y amigos en España era el deseo de figurar y echarnos unos selfies a costa de entorpecer la ayuda legítima, cuando no a favorecer mercados negros y redes de trata de blancas. Casi íbamos hasta allí a buscar a las madres ucranianas con sus hijas para meterlas a putas. Si una caravana de ayuda entregó en la frontera patatas peladas y no sabían qué hacer con ellas da medida de que torpes hay en todas partes y no es razón para desprestigiar frívolamente al resto. También hay jóvenes que pasan un verano como voluntarios de grandes organizaciones movidos por el ansia de ver mundo y conocer a alguien, y a nadie se le ocurriría caricaturizar a las grandes ONG como hordas de chavales que se enrolan en sus misiones en la esperanza de echar un polvo.
Pero en eso estamos. De los promotores de 'No armen a los ucranianos' llega a sus mejores portadas 'No recojan refugiados', ni tampoco les ayudéis a salir de Ucrania. El argumento casa milimétricamente con las intenciones de Moscú y si se le sigue el rastro, procede de los círculos del populismo de izquierdas que fueron alentados económica y políticamente en su nacimiento por Rusia y sus satélites. Será casualidad.
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