Pedro Sánchez acaba de convocar el congreso federal del PSOE para afianzar su cesarismo al frente del partido frente a los barones que están criticando ... el pacto fiscal con Cataluña, que sin duda alguna, perjudicará a las comunidades autónomas menos desarrolladas, como Andalucía. Y ya se está especulando con que se aprovechará para renovar parte de los liderazgos autonómicos de los socialistas en los posteriores congresos que se celebrarán en cascada, ya que después del federal vendrá el regional y, posteriormente, el local. Y eso en el PSOE andaluz y malagueño ya se sabe cómo va a ir, pues hay mucha gente esperando para ajustar cuentas. Ya ha salido que uno de los afectados por la purga de Sánchez puede ser Juan Espadas, que la verdad sea dicha, no se ha mostrado nunca en contra de los dictados de Sánchez en ningún momento.
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Ni con la Ley de Amnistía ni con el nuevo modelo de financiación que se está planteando. Es un hombre disciplinado, pero ya está. El presidente del Gobierno es conocedor que el líder andaluz de su partido no tira, no tiene protagonismo en el espacio político de la comunidad, donde está pasando prácticamente inadvertido y eso es lo peor que le puede pasar a un político. No lo tiene fácil después de la arrolladora victoria de Juanma Moreno en las autonómicas, que se ha asentado como un dirigente moderado (eso gusta mucho en Andalucía), que de momento no ha metido la pata. A Espadas le ha tocado defender lo indefendible (las políticas de Sánchez) que no son precisamente beneficiosas con Andalucía debido a las deudas que tiene con Cataluña, que se está convirtiendo en la gran privilegiada de las comunidades españolas.
El problema para Sánchez es que nuestra región es fundamental para seguir en el Gobierno en unas generales y necesita un golpe de efecto y cambiar a su peón andaluz, pues sabe que visto lo visto no va a dar más de sí. Y el presidente del Gobierno es un 'killer' que no entiende de lealtades, incluso las mostradas de manera inquebrantables hacia su persona. ¿Y a quién pone? Todo tiene que pasar por la actual vicepresidenta primera del Gobierno, María Jesús Montero, que esta semana ha recordado con su intervención en el Senado a Groucho Marx en la escena del contrato en la película 'Una noche en la ópera' cuando el protagonista soltaba una soflama tras otra sin decir absolutamente nada con el firme propósito de intentar liar a su interlocutor. La también titular de Hacienda está llamada a intentar la dificilísima reconquista de Andalucía para el PSOE, pues todo lo que no pase por ella será un invento abocado irremediablemente al fracaso. Es la mejor colocada, sin duda, aunque tiene una carta de presentación muy mala cara al electorado andaluz, pues va a ser ella, la que decía que en ningún caso se cedería a Cataluña la competencia para cobrar todos los impuestos, la que tiene que desarrollar el acuerdo que da autonomía fiscal a Cataluña y rompe el principio de solidaridad entre los españoles.
No se sabe si Josele Aguilar, eterno 'secretariable' provincial, se atreverá a dar el paso para liderar el PSOE local
Eso es así, aunque ahora se apunte que todas las comunidades van a recibir más dinero para intentar despistar, porque lo importante no es cuánto se recibe, sino cómo se hace el reparto y quiénes tienen que aportar más para favorecer a las autonomías más pobres. Los catalanes ya han dicho que su aportación será limitada. El Gobierno quiere acallar a las comunidades dándole más pasta y todo parece indicar que para sacar más dinero van a aumentar los impuestos. Vamos, que supliría de esa manera el dinero que tendría que poner la Generalitat. Lo de siempre. Estas son las cartas que se tienen que jugar en el PSOE andaluz, porque Susana Díaz, aunque tenga escaramuzas, sigue sin tener la fuerza necesaria para plantear una batalla real para alzarse con el liderazgo en unas primarias, porque el sanchismo ha aplastado al otrora susanismo que abrazaban con gran regocijo con los dirigentes y militantes andaluces del PSOE. Siempre se acude en auxilio del vencedor. Esa máxima siempre se cumple en política.
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Por eso es normal que los dirigentes regionales entren en estado de nervios. Igual pasará en Málaga, donde Dani Pérez no las tiene todas consigo después de los resultados del partido en las últimas elecciones. Hay gente que le tiene ganas y lo más lógico es que en las primarias haya una candidatura alternativa a la del actual secretario general de la provincia. ¿Y quién será? Nadie ha dado el paso públicamente, aunque hay un nombre que siempre sale en las quinielas: Josele Aguilar. El parlamentario andaluz está teniendo un gran protagonismo en la cámara y se ha convertido en uno de los diputados más críticos con Juanma Moreno. Es más, da la sensación que es el portavoz en el Parlamento, cuando no es así.
La portavoz es Ángeles Férriz. Se está trabajando ese perfil y raro es el día en el que no aparece en redes sociales atizando al Gobierno de Juanma Moreno, aunque también se le ve especialmente activo dándole caña al alcalde de Málaga... Y es que Aguilar tiene la espinita clavada desde el año 2000, cuando Marisa Bustinduy le ganó la batalla por dirigir el PSOE de Málaga tras José Asenjo, que no le echó precisamente una mano a Josele Aguilar. Se desconoce si finalmente dará el paso y se enfrentará a Dani Pérez. El tiempo lo dirá, aunque hasta que llegue la fecha del congreso (se prevé en el primer cuatrimestre de 2025) los dirigentes andaluces y locales del PSOE vivirán en un estado permanente de nervios...
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