Prostitución, lacra

Lunes, 15 de octubre 2018, 07:50

En nuestra sociedad permanecen incrustados algunos espacios donde la violencia contra la mujer continúa instalada. Hay hogares y trabajos que son verdaderos infiernos para la ... mujer; y hay espacios donde además se la vende. Sí, se vende a la mujer, bien como esclavas, bien ofreciendo su cuerpo por un puñado de euros; sin ir muy lejos, en los prostíbulos que recoge el atestado de la Guardia Civil en el que se detalla el uso de dinero público por parte de altos cargos de una fundación para ayudar a desempleados: cinco clubs de Cádiz, Sevilla y Córdoba. Entre una cosa y otra, la factura se eleva a un gasto de 31.969 euros entre los años 2004 y 2009. Una propina en materia de prostitución comparada con el dinero negro que se mueve en las cloacas de la economía sumergida de esta lacra: unos 18.000 millones de euros anuales.

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No obstante, si el problema fuera meramente económico, más allá de la dimensión penal de la historia, podríamos llorar con un ojo. El gravísimo problema se encuentra en la mujer que es prostituida en carreteras, polígonos, casas o establecimientos de la más diversa índole. Según un estudio, más del 80% de las mujeres prostituidas no lo desean. Son usadas y utilizadas al antojo del proxeneta.

Llegados a este punto, en un artículo de 400 palabras, habrá que ir más allá: no es de recibo que un ser humano acceda al cuerpo de otro ser humano a cambio de dinero. El ejercicio de la sexualidad no puede ser reducido a mercado puro y duro. Denigra la dignidad humana y perpetúa una situación de poder.

El ejercicio de la prostitución, tanto femenina como masculina, es una realidad que lejos de hacernos más humanos conduce irremediablemente por la corriente de la utilización y relativización del cuerpo. Pero sigamos: ¿La persona que se prostituye es libre para hacerlo? Y llegado el caso, ¿verdaderamente hace más humanos entregar el cuerpo a otra persona a cambio de dinero? ¿No existen otros cauces para recibir un salario? ¿Qué pinta la legislación en todo este tema? ¿Anulamos la dignidad humana por mor de un capricho de media hora o noche entera? ¿Esta es la sociedad que deseamos, una sociedad donde se presta el cuerpo a cambio de dinero? Convendría responder a estas y otras preguntas antes de seguir alimentando la espiral de violencia contra el ser humano y su dignidad inviolable.

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