¿Dónde va Pedro Sánchez, con la cara que tiene...?
Puigdemont quería barra libre delictiva y Sánchez no se la ha podido dar, porque se ha quedado sin fondos (legislativos). El presidente humillado del Gobierno ... sabe que puede medio controlar al Tribunal Constitucional, donde tiene a varios de sus peones, pero es consciente de que el gran hermano europeo no va a tragar con lo de pedirle perdón a procesados por terrorismo o alta traición al Estado. Quizá lo sepa en su nueva condición de titular del Juzgado de Instrucción número 1 de La Moncloa, con competencias en donde no le llaman, pues ya ha sentenciado que los independentistas catalanes no son terroristas.
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Las posturas están muy alejadas, porque Junts una vez que ha lanzado el órdago ya no puede dar marcha atrás si no consigue la impunidad total, mientras que el PSOE sostiene que pasar por ese trágala es imposible, porque sería inconstitucional. Aunque si se analizan con perspectiva las cosas, no sería la primera vez que los socialistas dicen que algo es inconstitucional y al final 'cambian de opinión', una de las acepciones sanchistas para definir la mentira, y le dan el capricho a los nacionalistas catalanes. Quién iba a decir que en estos días es el PSOE el que está arrastrándose pidiendo al partido de Puigdemont que recapacite y apruebe la ley de amnistía como está. ¡Qué buenos son! Hay que ver lo que están dispuestos a hacer por la convivencia en Cataluña... Por cierto, no deja de ser surrealista que el PSOE criticara al PP y a Vox por votar lo mismo que Junts al tumbar la ley de amnistía. O sea, por votar en contra, lo que han venido anunciando desde el minuto uno. No es broma. Se lo afearon. ¿Se puede ser más cínico? Sin duda, nos quieren tomar por tontos al querer culpar a la oposición de su fracaso. Al menos habría que pedirles a los socialistas que respeten, aunque sea mínimamente, la inteligencia de los votantes, pese a que pertenezcan a la 'fachosfera'.
En esta batalla perdida con estrépito por Sánchez hay un gran ganador, que no es otro que el juez García-Castellón, que se ha convertido en el gran líder moral, bueno más bien real, anti amnistía del país. Ni las miles de personas convocadas por el PP en las calles de España han hecho tanto por la causa. Un par de autos suyos han bastado para sanarnos. Los que estamos en contra de esta aberración legislativa que rompe el principio de igualdad entre españoles y la separación de poderes tenemos que estar de enhorabuena, aunque ya se sabe que la alegría puede durar poco en la casa de los constitucionalistas. Sin embargo, aunque Pedro Sánchez haya sido humillado, no es agradable ver al presidente del Gobierno de tu país arrastrándose por un puñado de votos. Ya lleva dos derrotas sonadas, aunque en la anterior la que salió peor parada fue la sonrisa del régimen, Yolanda Díaz, a la que le ajustaron las cuentas desde la dirección de Podemos, que se puso morada con ella.
¿Y ahora qué? Esa es la gran cuestión que nadie, salvo sus protagonistas principales (Sánchez y Puigdemont), sabe responder. Los indepes apuntan que si no hay ley de amnistía con total impunidad se rompe el trato, ya que su principal misión en estos meses es conseguir que Puigdemont pueda volver en loor de multitudes para presentarse a las elecciones catalanas. Sánchez sabe que sólo puede mantenerse en La Moncloa con el plácet de Junts, que ha demostrado que no le tiembla el pulso para desestabilizar al Gobierno. La verdad es que no engañan a nadie, pues han dicho muchas veces que la gobernabilidad de España les importa literalmente un pimiento. El presidente del Gobierno ya sabe cómo se las gastan y es que quien se acuesta con nacionalistas 'cagao' del escaño se levanta, como le ocurrió el pasado martes a Pedro Sánchez. El pasado lunes, en el acto de la gala solidaria organizada por SUR y la Fundación La Caixa, felicité a Ángel Idígoras por su brillante ponencia y por sus páginas dominicales de la plaza Noniná en SUR, pues supone todo un diccionario malaguita de términos y expresiones que no deben perderse. El martes, al ver la salida precipitada del presidente del Congreso, me vino a la cabeza una de ellas: ¿Dónde va Pedro Sánchez, con la cara que tiene...?
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