HAY PARTIDO EN MÁLAGA

Manuel Castillo

Málaga

Domingo, 7 de abril 2019, 00:05

Si hay alguna certeza en el nuevo mapa electoral de España es que se acabaron -salvo alguna excepción- las mayorías absolutas. Todos los partidos están ... abocados a la negociación y a los pactos. No extraña por ello que muchos candidatos se empeñen en trasladar la imagen de personas dialogantes y capaces de aunar voluntades, conscientes de que sus posibilidades pasan por alcanzar acuerdos en las situaciones más extremas.

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Las elecciones municipales del próximo 26 de mayo van a provocar una fragmentación inusual en muchas corporaciones, en las que previsiblemente podremos encontrar hemiciclos con seis, siete e incluso más partidos con representación.

Si a ello unimos el imprevisible impacto de la entrada de Vox en la política municipal; la fragmentación del voto del centro-derecha; la irrupción en algunos municipios del partido Por mi pueblo (Vélez, Rincón de la Victoria o Torremolinos); el efecto del nuevo Gobierno del PP en la Junta de Andalucía y también de la ola de Pedro Sánchez y su Gobierno en España, así como cierto agotamiento tanto de Podemos como de Ciudadanos, parece evidente que es muy difícil hacer pronósticos certeros sobre lo que puede pasar en muchos ayuntamientos.

Y uno de los alcaldes que debería estar ojo avizor es, precisamente, el de Málaga, Francisco de la Torre. Actualmente gobierna gracias a sus 13 concejales y al pacto de investidura con los tres ediles de Ciudadanos. De la Torre debería recordar que al 85 por ciento del escrutinio hace cuatro años tenía 12 concejales y su reelección estaba muy en el aire. De hecho, la entonces candidata del PSOE, María Gámez, llegó a verse con posibilidades de ser alcaldesa.

A esta debilidad aritmética, se une la desbandada (así lo ha llegado a definir el propio alcalde en círculos privados) de concejales para irse a cargos de la Junta de Andalucía, así como el enredo judicial de dos de sus ediles de confianza, Francisco Pomares y Teresa Porras, citados como investigados en el conocido 'caso Villas del Arenal'. Su incapacidad para hacer equipo puede convertirse en su mayor debilidad.

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La situación del PP en Málaga capital, por mucho que se empeñen en negarla, no es para que De la Torre esté tranquilo. Sería un error dejarse deslumbrar por lo que parece ser y no por lo que es. Si en las elecciones votaran ciudadanos de fuera de Málaga, De la Torre arrasaría sin lugar a dudas, pero esos que tanto lo elogian no votarán en Málaga el próximo 26 de mayo.

Hay partido en Málaga. Dani Pérez (PSOE) ya hace cábalas y confía en beneficiarse de la marea de Pedro Sánchez y arañar algún escaño que le permita negociar un gobierno bien con el resto de la izquierda o con Ciudadanos. Y Juan Cassá (C's) está viéndolas venir porque sabe que con uno (PP) o con otro (PSOE) puede ser llave de Gobierno y, como todo anda tan revuelto, no descarta una carambola aritmética y pactista que lo coloque en la propia Alcaldía. Veremos.

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