La primicia de este año es un lunes festivo después de Navidad que podría ser declarado como el día mundial de las sobras. Así ha ... sido en mi caso, hasta el punto de terminar otro año preguntándome durante cuánto tiempo tendré que comer langostinos, acaso como si fuera una desgracia, y me planto delante del pavo y dedico la tarde a la dulzura, a esa capacidad que tenemos algunos seres humanos, plantas y animales para no hacer nada, bien sea en ocasiones puntuales o como forma de vida.
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Que haya un lunes festivo después de Navidad es un fenómeno que solo se produce una vez cada varios años. Compruebo que la próxima será en 2033, de forma que esta jornada inhábil y extraordinaria puede dedicarse perfectamente a la nada más absoluta, como mucho a ver, escuchar o leer lo que te has dejado a medias. A intentar añadir en la agenda planes que no incluyan beber y comprobar que los próximos compromisos de ninguna manera podrán entrar en esta clasificación. A convertirse en un católico feliz porque la misa del gallo de Nochebuena «ya cuenta» para la del domingo. Llega un día en el que descubres que la Navidad es mucho más divertida con padres divorciados porque esa ruptura, en principio traumática, abre luego un abanico de posibilidades infinitas y que pasan por mejores regalos o por formar familias nuevas y diferentes además de la propia, que ya habría quedado más o menos disuelta, pero con más gracia, con más dinamismo. Por lo demás, las celebraciones navideñas, cuando no se viaja a ningún lado, se convierten en un acontecimiento intercambiable y portátil. Todo es más o menos igual, con la diferencia de que se tienen más o menos ganas, o que va faltando gente, o que se incorporan más y con más fuerza.
Ocurre lo mismo con el mensaje del Rey. Este año, el interés por el contenido de la felicitación navideña de Felipe VI no decayó hasta el minuto 7. Yo mostraba más disposición por lo que pudiera decirnos Raphael. Mi impresión después de unas cuantas navidades es que el mensaje del Monarca no suele distinguirse por decir algo interesante, por eso no habría pasado nada si nos hubieran puesto un mensaje de otro año, o un texto casi idéntico, solo habría que actualizar los marcadores, el contexto y a volar. Como en los horóscopos, todo parece dicho con la intención de que en algún momento cualquiera pueda sentirse identificado en algún momento, buenos deseos, pero en abstracto. Y pasa lo mismo con sus reacciones. Y es posible que tampoco hubiera pasado nada si nos hubieran puesto un concierto de Raphael de otro año.
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