El matón está vencido

Jueves, 3 de marzo 2022, 08:14

Hace un tiempo que escucho a Putin hablando desde el Kremlin como desde el almacén de una venta después de una fiesta que ha ido ... demasiado lejos. Apesta a vino de tasca, saliva seca en las comisuras, exceso, culpa y desazón. Hay un neón que parpadea, una mosca, el agua sucia de las fregonas, las cajas de refrescos y una silla con las patas metálicas oxidadas por el tiempo y la humedad. Un viejo almanaque, el hueso amarillo de un jamón, serrín sobre las grasas, sobras con gusanos, cucarachas, frío interior, sarro en los dientes y ropa de ayer. Putin está acabado. Puede que no lo sepa, pero la luz de las bombas sobre la noche de las azoteas de Járkov relampaguean el perfil de su calavera política. Puede ocurrir que parar a Putin sea lo último que haga Occidente tal y como lo conocemos. Habrá valido la pena.

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La democracia y la libertad son frágiles solo en apariencia. La paradoja del matón consiste en que lo infla el miedo que los demás le tienen, un temor que lo hace grande, pero mengua si esos otros le pierden el respeto. A estas horas, un rebelde agita su bandera ante el oscuro, redondo y negro vacío del cañón de un tanque. El pequeño gran hombre Zelenski cena con sus compadres en algún refugio embutidos con pan, arenques y vino de frasca. La hija de María -que limpia casas en Madrid- se ha alistado como voluntaria en las milicias. Un autobús cruza Europa en sentido contrario a los que huyen. Va lleno de hombres que ayer eran mecánicos, camareros, chóferes y albañiles, y que hoy se disponen a tomar las armas para defender lo suyo. Un solo palmo y un solo minuto bastarán. Van a la guerra cantando como se iba antes a la guerra. Una niña ha nacido en un refugio de Kiev.

Habrá pobreza, habrá represalias, despedidas, cristales rotos, muertos y tristeza. Habrá más guerra, Dios no lo quiera, y acaso sentiremos como siento ahora el escalofrío de las Termópilas y de Normandía, de Londres, de Gernika, Numancia y Zama, pero ya no habrá más miedo porque el que pierde el miedo a morir no tiene miedo a nada.

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