Manual de colonización
La democracia desnuda al Poder. Retrata sus excesos. Desmonta sus excusas. Se sostiene en la división y el equilibrio de poderes, junto con la primacía ... de la Ley. Es una mala noticia para el que entiende el Poder como una ocasión para imponer su ideología.
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La corrupción política erosiona los pilares de nuestra convivencia e introduce la desafección al servicio de lo común, aunque no es suficiente para demoler nuestro marco legal. Los enemigos de la democracia no dudan en dar una vuelta de tuerca más e imponer su criterio de que el Poder crea legalidad sin disimulo a través de las leyes habilitantes. Sólo hay que mirar a Venezuela y su retroceso en materia de libertades y derechos. Hay dos formas de aplicar esa doctrina totalitaria que pone la legitimidad del Poder por encima de la Ley: que el Poder nombre los jueces o que los jueces que comparten el proyecto político del que ejerce el Poder legislen en su favor. A ese ataque deliberado a nuestro Estado de Derecho se le debe sumar la estrategia necesaria de colonización ideológica de las instituciones democráticas, para hacer así saltar por los aires los contrapesos necesarios para que se pueda garantizar la hegemonía de la Ley en la sociedad sobre el uso arbitrario del Poder.
Esta pasada semana con la designación de la militante socialista Concepción Cascajosa como presidenta del ente de RTVE, el PSOE ha actualizado su manual de colonización de las instituciones. Igual de escandalosos fueron los nombramientos previos en el Tribunal Constitucional, en la Fiscalía General del Estado, el Consejo de Estado, en el CIS o en la Agencia EFE, que conforman un país monocolor en lo institucional, que nada tiene que ver con lo que la realidad política española.
No debemos cejar en nuestro empeño de ejercer la necesaria crítica democrática, que no obedece a la voluntad de ofensa, sino a la libertad de juicio.
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