Macarena Olona llama a la puerta de la Junta

Por eso Olona, en plena noche electoral, aún en tierras castellanas, dejó un recado en su cuenta de Twitter: «Noche histórica. Que descanséis. Con la satisfacción del deber cumplido. Buenas noches, Andalucía». La diputada ceba así el secreto a gritos de su candidatura a los comicios andaluces, todavía por confirmar de forma oficial. Ya lleva meses ejerciendo como candidata oficiosa, girando por las ocho provincias. En Málaga estuvo en enero para anunciar que recrudecería la presión a la Junta y el Ministerio de Asuntos Económicos para que movieran ficha en la crisis abierta en la Fundación Unicaja y revisaran la idoneidad de Braulio Medel.

Antes había estado en Granada para conmemorar los 530 años de la toma de la ciudad por los Reyes Católicos. También ha dado mítines en Sevilla y Cádiz. Ya nadie duda de que será la candidata de Vox en Andalucía. Ni siquiera ella misma, que hasta ahora se ha resistido, con más disciplina de partido que convicción propia, a reconocer que desde hace meses prepara el asalto a San Telmo. En el Gobierno de Juanma Moreno la temen, conscientes de su popularidad y su perfil combativo en el Congreso. Tampoco a la izquierda le hace gracia su candidatura, una vez comprobado que la estrategia de infundir miedo a la extrema derecha pierde fuerza en cada cita electoral. Pero todos saben que dará el paso en cualquier momento.