Lista de espera blanquiazul
13.000, 15.000, 17.000...? Aún no se sabe exactamente, pero lo que es indudable es que hay una bochornosa lista de espera de ... malagueños que quieren ser socios del Málaga y no pueden. No caben. En el Martín Carpena (acusaron a Celia Villalobos entonces de hacer una obra muy grande (sic) para Málaga) no cabe un alfiler. El déficit de Málaga en instalaciones macrodeportivas es enorme. Miras a Sevilla y te encuentras con tres grandes estadios de fútbol. Miras a Málaga y ves uno que se quedó pequeño ya al remodelarse por completo. La 'malagamanía' tiene su origen en la triunfal trayectoria del Málaga CF en la Champions League.
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Antes, no lo olvidemos, cuando el Málaga bajaba a Segunda (más veces de las que se hubiera deseado), apenas si había 13.000 ó 15.000 socios y con un trabajo de captación similar a cuando en los 90 del pasado siglo la Costa del Sol iba a las ferias de turismo de Londres o Berlín con un lazo (licencia metafórica, ojo) para cazar visitantes... Nunca en la historia ha habido una demanda para ser socios de Málaga CF como ahora; nunca se vio a tanta gente con camisetas del Málaga por las calles; no se recuerda una cosa igual con el club de los amores de miles de malagueños que vemos con orgullo cómo lo que era un sueño de los aficionados de toda la vida es hoy realidad.
Aquella Champions gloriosa, aquel equipo de los Pellegrini, Isco, Toulalán, Willi Caballero, Van Nistelrooy, Maresca, Baptista, Joaquín, etcétera hizo mella no sólo en una afición ilusionada que no se creía lo que veía, sino que fue semilla de lo que hoy está ocurriendo. Incluso la bochornosa noche del robo de Dortmund fue positiva porque las lágrimas de miles de niños. jóvenes y mayores malagueños dio paso a un sentimiento de orgullo y pertenencia como nunca jamás. ¿Y qué? Pues que no se ha sabido ver lo que ocurría, quizás (y sin quizás) por el extraño y tortuoso camino emprendido con la huida 'hacia atrás' de Al Thani (todo comenzó cuando se marchó Ghubn) y rematado con una Administración Judicial que puso límites a un equipo deportivo que no ha estado acorde con la afición y su despegue.
Encima, no tenemos un estadio en condiciones. Y nos hemos quedado sin Mundial (repito, pocos valoran el daño que nos ha hecho esta injustificada decisión) porque no hemos sido capaces de hacer lo que se debía: un gran estadio, digno de la ciudad de moda, pero no. Tenemos una fantástica afición de un club sin presidente, en Segunda y sin un estadio acorde a esta gran ciudad... Así y todo tenemos una enorme lista de espera: miles y miles de malaguistas que quieren y no pueden ser socios. En fin, que esto es Málaga, que diría el pregonero...
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