El sitio de mi recreo

Joker Bildu

El terrorismo es el desprecio de lo humano. La victoria del odio. El atajo que el horror pretende. Una injusticia con sabor a plomo. El ... mal con apariencia de causa. La miseria moral que deja herederos en la política.

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EH Bildu ha estrenado esta pasada semana una réplica demencial de la segunda película del payaso Joker en su versión política de 'Folie à Deux'. Comenzó todo con la consejera socialista vasca de Justicia concediendo el tercer grado a Luis Mariñelarena y Harriet Iragi al cumplirse el tercer aniversario de la cesión de las prisiones al Gobierno vasco por parte de Pedro Sánchez. Iragi fue el autor material de los disparos que acabaron con la vida del fiscal Luis Portero, el concejal del PP de Málaga José Martín Carpena y el médico y coronel del Ejército del Aire, Antonio Emilio Muñoz Cariñanos. Mariñelarena asesinó al dirigente socialista vasco Fernando Buesa Blanco y a su escolta, Jorge Díez Elorza. Dos canallas que nunca se han arrepentido de sus delitos. Esta decisión política es la respuesta a la exigencia que Otegi hizo explícita hace unos meses antes de votar los Presupuestos de Sánchez: votos por presos.

Días después, Mertxe Aizpurua y Jon Iñarritu, portavoces de EH Bildu, anunciaron que van a reformar la mal llamada Ley de seguridad ciudadana junto con ERC y el PSOE. Su idea es modificar los artículos relacionados con las faltas de respeto a la autoridad; desobediencia y resistencia; devoluciones en caliente y, especialmente, el uso del material antidisturbios. La zorra a cuidar las gallinas. Una aberración al nivel de su anterior Ley de 'mala' memoria histórica.

Estamos asistiendo a la denominada política de 'folie à deux', expresión francesa que literalmente se traduce como 'locura de dos' en español. ¿Cómo hemos llegado hasta aquí? Los herederos de ETA habían tenido que ser condenados a la irrelevancia social, ser relegados a la insignificancia política y sentirse perseguidos por la Justicia. Para nuestra desgracia no ha sido así. Gracias a la debilidad del sanchismo, son ahora protagonistas claves de la mayoría parlamentaria. Excesivo botín para los enemigos de la libertad, la dignidad, la justicia y la bondad.

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Nuestra sociedad, por desgracia, no combate de manera firme el relato falaz que nos imponen de reconciliación estos políticos que se sostienen mutuamente en el cuadrilátero de la indignidad despreciando a las víctimas del terror. No podemos contribuir a este ejercicio vil de desmemoria e injusticia con ellas. Las víctimas merecen memoria, dignidad, justicia y reparación.

Me quedo con lo que dejó escrito Mario Calabresi, hijo del comisario italiano asesinado a manos de dos miembros de un movimiento de la izquierda radical: «Se puede ser un exterrorista pero no un exasesino».

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