UE: déficits y desafíos
En un mundo cada vez más polarizado, Europa debe buscar una mayor autonomía estratégica y acortar la brecha de innovación con sus competidores
Aunque la Unión Europea tiene un capital intelectual y una base institucional fuerte, se encuentra actualmente en una coyuntura crítica que exige una profunda reflexión ... y acción inmediata. La necesidad de ganar eficiencia, productividad y competitividad, junto con la urgencia de fomentar una mayor innovación, se ha convertido en el principal desafío para asegurar su prosperidad y su papel geopolítico en el siglo XXI.
Publicidad
Uno de los déficits más evidentes de esa situación se encuentra en el panorama de las grandes empresas tecnológicas a nivel global. El reciente informe de Mario Draghi, 'El futuro de la competitividad europea' –el cual aboga por una estrategia económica común, una profundización del mercado único y un esfuerzo inversor sin precedentes– subraya que Europa se enfrenta a una lenta agonía si no revierte su tendencia actual. El diagnóstico es contundente: de las cincuenta mayores empresas tecnológicas del mundo, solo cuatro son europeas. Esta asimetría no solo reduce la capacidad de la UE para establecer estándares tecnológicos globales, sino que también implica una dependencia creciente de plataformas y tecnologías desarrolladas fuera de sus fronteras, principalmente en Estados Unidos y China.
Por otra parte, la capacidad de generar conocimiento y transformarlo en valor económico es fundamental. Los datos sobre patentes y artículos científicos evidencian una brecha de innovación entre la UE y sus principales competidores. Así, mientras que la UE registra aproximadamente 200.000 patentes al año, Estados Unidos alcanza las 600.000 y China se dispara con 1,5 millones. En lo referente a artículos científicos, la UE mantiene en cambio una fuerte base investigadora, con una producción estimada de 600.000 artículos científicos al año, superando a los 500.000 de Estados Unidos, aunque ambos por debajo de China (850.000). En todo caso, la menor proporción de patentes respecto a artículos científicos en la UE en comparación con EE UU y China, apunta a un fallo en la transferencia de conocimiento desde la universidad o el laboratorio hasta el mercado.
Otra realidad que deseamos destacar es el de la inversión en Inteligencia Artificial. La IA es el motor de la próxima ola de productividad y crecimiento. En este ámbito, la desventaja inversora de la UE es alarmante. Se estima que Estados Unidos invierte hasta diez veces más que la Unión Europea en IA, una diferencia que pone en riesgo la soberanía digital y la competitividad futura de todos los sectores europeos. El informe Draghi enfatiza la necesidad de un mayor esfuerzo de inversión pública europea, estimando una cifra de entre 750.000 y 800.000 millones de euros anuales (4-5% del PIB) para acelerar la capacidad de innovación. Recordemos en este punto que la innovación como factor básico para el crecimiento económico ha sido el objeto del reciente Premio Nobel (2025) de Economía.
En lo referente a la soberanía estratégica y comercial, es innegable que en un mundo geopolítico cada vez más polarizado, la UE debe buscar una mayor autonomía estratégica y diversificación comercial. La necesidad de ampliar y profundizar los tratados comerciales con socios clave como China, México, Canadá e India es crucial para reducir, por una parte, la dependencia económica y comercial de Estados Unidos, así como asegurar el suministro de materias primas y componentes esenciales para las transiciones digital y verde, además de abrir nuevos mercados para las exportaciones europeas.
Publicidad
Los anteriores déficits y limitaciones constituyen importantes desafíos para la Unión Europea, y para revertir esta tendencia y asegurar el futuro económico de la UE, creemos necesarias una serie de medidas firmes y coordinadas, tales como: a) Profundización del Mercado Único, siendo fundamental a tal efecto eliminar las barreras regulatorias y fiscales que aún fragmentan los mercados de servicios, capitales y el sector digital. Un verdadero Mercado Único de Capitales facilitaría la inversión transfronteriza y proporcionaría una financiación de mayor escala para start-ups y otras empresas con potencial crecimiento. b) Aumento de la Inversión en I+D y especialmente en IA, movilizando una financiación pública y privada masiva tanto en investigación como en innovación, especialmente en tecnologías cruciales como la IA, la computación cuántica y los semiconductores, en línea con las recomendaciones del informe Draghi. c) Fomento de Gigantes tecnológicos europeos, desarrollando políticas industriales que promuevan activamente la creación de grandes empresas capaces de competir a escala global, con acceso a financiación riesgo de alto volumen. Esto implica una revisión de la política de competencia para apoyar la consolidación europea en sectores estratégicos. d) Agilizar la burocracia y la regulación, simplificando los procesos administrativos y regulatorios para reducir la carga burocrática de las empresas, agilizando con ello la actividad empresarial, la inversión y la innovación.
La Unión Europea se encuentra en un momento crucial y necesita enfrentarse con urgencia a importantes desafíos como el aumento de su competitividad y nivel de innovación, que no es solo una cuestión económica, sino una condición esencial para preservar el modelo social europeo, mantener la influencia global de la UE y garantizar la prosperidad de sus ciudadanos en un mundo cada vez más competitivo y tecnológicamente avanzado.
Suscríbete durante los 3 primeros meses por 1 €
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión