El Vicesecretario general Institucional del Partido Popular, Esteban González Pons, la secretaria general del PP, Cuca Gamarra, el presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, el Vicesecretario General de Política Autonómica y Municipal y Análisis Electoral del PP, Elías Bendodo, y la vicesecretaria de Organización del PP, Carmen Fúnez, presiden la reunión del Comité Ejecutivo Nacional, en la sede del PP EP

El runrún

A la última ·

El congreso del Partido Popular se ha convocado porque había «runrún»

El PP convoca congreso y la razón de la convocatoria es sorprendente. El congreso del Partido Popular se ha convocado porque había «runrún». El rum ... rum, también se puede escribir así, es un zumbido, un murmullo, un ruido confuso de voces, un runruneo que corre entre el público, en este caso, entre la militancia popular, y confunde, distrae y desmoraliza. Para acallarlo y superarlo, Feijóo convoca a todo el partido con dos pretensiones: interpretar el runrún y acabar con él para que, en vez de un «sonido continuado y bronco» (RAE dixit), se escuche una sola voz.

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En 2009, Estopa y Rosario Flores interpretaron juntos una canción que se llamaba «El run run», así, separado, mal escrito. Fue la canción más descargada y la más escuchada en las radios ese año. Llegó al número uno y obtuvo un triple disco de platino. Cantaban Rosario y Estopa que estaban sufriendo porque algo los quemaba por dentro e izaban su bandera negra, símbolo de valentía, rebeldía y determinación, para alcanzar su meta y llegar «al cielo trepando por tus caderas». Señalaban un camino incierto para acabar con el «run run» antes de que el runrún acabara con ellos. O sea, el PP.

Aquel «run run» gustaba por ecléctico (combinaba rumba y pop, Estopa y Rosario) y porque el público empezaba a estar más atento al runruneo inestable y flexible que a los mensajes sólidos y permanentes. Ya nos divertíamos más con la modernidad líquida de Bauman y la volubilidad del runrún de Estopa que con los referentes ideológicos estables. Los partidos, las alianzas, los líderes, las ideas… Todo es volátil, todo es runrún y apostar por la solidez y la permanencia es razonable, pero es ir contra la modernidad caprichosa.

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