Vienen lluvias, y no sé si reír o llorar... Como lágrimas en la lluvia. Vienen, como siempre últimamente, escasas y concentradas en el mismo sitio: ... en esa esquina superior izquierda del mapa, entre la Serranía y Estepona, que es el último reducto húmedo de esta provincia cada vez más desértica. Bienvenido sea siempre el maná del cielo, pero servirá para poco más que para quitarle el polvo a las hojas de los olivos secos del oro líquido; para ver serpentear el agua en algún arroyo del interior durante un rato corto. Y poco más. Para que de verdad sirviera, tendría que estar cayendo a buen ritmo sin parar durante al menos un mes, y eso, por desgracia, no se ve en el horizonte.
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Ya nos quedan muy pocos números por salir del bombo. Perdimos noviembre, diciembre y enero, y podemos rezar alto por lo que resta de febrero y marzo. Mes y medio descontando días para salvar el verano, que de lo contrario será histórico, pero por las restricciones y por esa imagen para la posteridad de los barcos descargando agua en el puerto de Málaga... Con el dineral que cuesta cada uno. En un mes de agosto abasteciendo la provincia con cisternas se pagaría casi una desaladora nueva.
Ay, las desaladoras... La de la Axarquía debería llevar construida y funcionando muchos meses, y lo único que se precian ofrecer los señores del Gobierno y de la Junta a los vecinos y a los agricultores es otra bochornosa peleíta de patio de colegio sobre quién tiene que redactar el proyecto. Que (también) haya bronca partidista a costa de una situación catastrófica como la que estamos viviendo es bochornoso, no hay otra definición. Y luego se nos irán años de estudios de impacto ambiental antes de poner el primer ladrillo. Igual da tiempo hasta que La Viñuela se llene otra vez.
Es sonrojante que tengamos la tecnología a mano, española y de vanguardia, para más detalles, más cien kilómetros de línea de costa en el mar de Alborán, y no aprovechar nada de eso. Los detractores de la desalación siempre esgrimen dos argumentos: que ese agua es muy cara porque necesita grandes cantidades de electricidad; y que la salmuera contamina. Sobre el primero, parece que se nos olvida que somos la región con más horas de sol de Europa... ¿Les suena de algo la Costa del Sol? Y hay espacio, por ejemplo, en el citado pantano, para instalar cientos de placas solares. Sobre la segunda, ya hay proyectos de aprovechamiento y valorización de esa salmuera, que es rica en sal, en minerales y otros elementos. Así que por el mismo precio tendríamos agua y cantera.
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Y mientras, aquí seguimos, pendientes de las lluvias para poder beber, a estas alturas de la historia. Es tercermundista.
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