Sr. García .
CRUCE DE VÍAS

Hojas del calendario

Vuelvo al presente y le confieso a Marilyn que me hubiera gustado ser más mayor y conocerla ese día en la playa, justo un año antes de aquel 4 de agosto que se fue mar adentro

Aquí está Marilyn Monroe en bikini disfrutando de la playa en 1955. Las olas rompen contra su cuerpo y ella ríe feliz en la orilla. ... Los dos vamos a pasar juntos todo el mes de agosto. El 1 de septiembre recibiré la visita de Claudia Cardinale que también estará conmigo todo el mes, pues ha decidido alargar sus vacaciones y venir a verme. A los tres nos gusta jugar con el tiempo. Claudia ha elegido septiembre de 1961. Mi amor platónico de la adolescencia estrenó en Italia en febrero de ese año 'La Chica con la Maleta' y ahora viene a casa a conocer al muchacho tímido que mantuvo en secreto el amor que sentía por ella.

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Vuelvo al presente y le confieso a Marilyn que me hubiera gustado ser más mayor y conocerla ese día en la playa, justo un año antes de aquel 4 de agosto que se fue mar adentro huyendo del presente que la atormentaba. Entonces me llevaba veintiocho años. Hoy soy treintaiuno mayor que ella. Quisiera detener su vida en aquel instante alegre de verano, dormirla por arte de magia, mientras yo seguía cumpliendo años y más años hasta despertarla el pasado lunes 1 de agosto. Le hablaría de los vanos y crueles sentimientos que provocan la infelicidad y destruyen la vida de los inocentes. La invitaría a quedarse aquí en casa conmigo, lejos del ruido y el tumulto, los dos tranquilos hablando de nuestras cosas bajo el firmamento infinito.

Marilyn escucha detrás de la puerta. Me espía sin necesidad de ocultarse. La miro de reojo y le pregunto qué le apetece hacer durante este mes de vacaciones. Dice que nada, simplemente descansar. Me encanta la idea. Nunca salgo en agosto. No soporto las colas ni las aglomeraciones de gente. Soy un hombre afortunado que va a cumplir el sueño de pasar un mes con Marilyn sin salir de la habitación. Le insisto en la diferencia de edad, le digo que tiene delante a un viejo, y contesta: «Me paso horas ante el espejo buscando signos de envejecimiento. Sin embargo, me gustan las personas mayores; tienen cualidades que los jóvenes ignoran. Quiero envejecer sin operaciones de cirugía estética. Dejan el rostro sin vida, sin carácter. Quiero tener el valor para ser fiel a mi rostro. A veces pienso que sería más fácil evitar la vejez, morir joven, pero la vida quedaría incompleta ¿no? Nunca llegaría a conocerme a mí misma. La verdadera belleza y la feminidad no tienen edad y no se consiguen de forma artificial a diferencia del glamour, que se puede fabricar».

Estoy acostado mirando la luna. Hace tan solo una semana me hubiera parecido un sueño estar con Marilyn. De pronto, paso página y la descubro a mi lado. «Qué lejos estás cuando duermes», digo en silencio. Ella ríe feliz desde la otra orilla.

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