UNA GRAN SEMANA SANTA

Manuel Castillo

Málaga

Domingo, 14 de abril 2019, 00:05

Son muchos los malagueños que aguardan con expectación el desarrollo de la Semana Santa de este año para comprobar los efectos de un nuevo recorrido ... oficial que puede significar un trascendental punto de inflexión en el mundo cofrade. Hay que reconocerle a la Agrupación de Cofradías arrojo y valentía para afrontar un cambio que muy pocos se hubieran atrevido a plantear, pero que era a todas luces necesario. No sólo por la urgencia de ordenar las sillas y los accesos para mejorar la seguridad, hecho que venía reclamando la Policía Local desde hacía años, sino para aportar transparecencia y organización en un asunto que en ocasiones fue una viña sin amo, o con muchos amos.

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Si nos atenemos a las declaraciones de los responsables de la Agrupación de Cofradías, el cambio de recorrido se ha afrontado con el objetivo y el deseo de mejorarlo y adaptarlo a las nuevas necesidades y exigencias tanto de las cofradías como de la propia ciudad.

Seguro que habrá errores y cosas que mejorar, pero una transformación de tanto calado bien merece un voto de confianza y comprensión. Habrá que estar atentos a los detalles que mejorar en los próximos años para así conseguir un recorrido oficial acorde con la ciudad y capaz de satisfacer las necesidades tanto de las cofradías como de los malagueños y visitantes.

La mejor forma de no equivocarse es no hacer cambios, quedarse inmóvil. Lo difícil, lo arriesgado, es tomar decisiones. Y más aún cuando esas decisiones afectan a miles de personas.

Málaga es hoy una gran ciudad porque ha habido personas capaces de tomar riesgos. Son muchos los ejemplos, empezando por la propia peatonalización de la calle Larios o la remodelación de la plaza del Obispo, de actuaciones que se llevaron a cabo con el rechazo inicial de parte de la ciudadanía. La misma que luego elogió y se benefició de esos cambios. Y todo hace indicar que con el nuevo recorrido oficial va a pasar algo parecido. Veremos.

Da gusto ver la ciudad, el ambiente, el bullicio, la alegría y la forma de vivir de la que disfrutamos tantos malagueños y miles de visitantes. Es cierto que siempre hay cosas que mejorar y que corregir, pero si nos detenemos a pensar podremos comprobar que son muchas más las cosas positivas que las negativas de Málaga y su gran Semana Santa.

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El futuro es de los valientes, de los osados, pero también de los optimistas y de los que prefieren ver el vaso medio lleno. De los que a veces se equivocan y otras muchas aciertan. Málaga no sería lo que es hoy de haberle hecho caso a esos agoreros que nunca se equivocan porque nunca se mueven de su pedestal. Feliz Semana Santa.

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