Estos días, a propósito de las elecciones en Castilla y León, nos hemos hartado de escuchar sobre los problemas de la España vaciada. Es bueno ... que se hable de ello y que tomemos conciencia del problema en esa parte del territorio nacional. Pero claro, por una elemental ley física, la gente que se va de las provincias que se quedan vacías, van a llenar otras. Llenan Madrid, llenan Barcelona, llenan Valencia... Y llenan Málaga, que es la zona que más rápido y con más intensidad crece en población según el INE (junto con la capital española). Varias de las nueve capitales de Castilla y León son más pequeñas que Marbella y Vélez Málaga.
Publicidad
A ver, que la España vaciada es un problema, pero también lo es la España llenada. Sin ánimo de entrar en comparaciones, que siempre son odiosas, he recorrido en coche buena parte del interior del país, y en no pocas ocasiones me he visto circulando por autovías espléndidas prácticamente solo. Aquí, te comes una caravana todos los días, ya hasta fuera de la hora punta, porque a la mínima está todo colapsado. Hay estaciones de tren en ciudades donde apenas se bajan uno o dos viajeros de cada convoy; cuando aquí, Marbella, que es una de las mayores urbes de España, de importancia estratégica para el turismo y la economía, lleva 40 años esperando a que llegue un tren que ni está ni se le espera. Por no hablar de las conexiones directas de Avant con Granada, que tampoco terminan de arrancar, y la mejora de las de Sevilla. Necesitamos un transporte público a la altura del área metropolitana de Málaga, que no para de crecer, pero de eso es que ni se habla si quiera.
Y qué decir de los servicios sanitarios, cuando en todas las capitales de la España vaciada existen hospitales y centros de salud que aquí ni soñamos. Por no hablar de la falta acuciante de agua, que seguimos fiando a la lluvia y no nos damos cuenta de que, por mucho que se llenen los embalses, en un clima mediterráneo como el nuestro, con más población cada día será imposible garantizar el suministro en los ciclos secos si no se construyen una o dos desaladoras y si no se trasvasa desde donde sobra hasta donde falta. Para todo eso hace falta planificación, dinero y, lo más importante, luces largas, que tampoco hay.
Que hay que actuar para frenar la despoblación, totalmente de acuerdo; pero al campo no se le pueden poner puertas, y si la gente quiere vivir en sitios como Málaga y la Costa del Sol, habrá que garantizar los recursos para que todos, los que ya vivimos aquí y los que quieran venir, tengamos unas condiciones dignas. Que sí, que los de la España vaciada tienen un problema; pero vivir en la España llenada también lo es.
Suscríbete durante los 3 primeros meses por 1 €
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión