Temblar con la reforma de las pensiones y desvanecerse ante la falta de festivales de música este verano. Son estas dos emociones que, cuando son ... simultáneas, delatan a quienes las sienten como personas situadas en el tembloroso título de 'adulto joven'. Me convenzo del empleo de ese término para definirme, el de adulto joven, como de vigilia temporal, pero reconozco su inconsistencia, un nivel de abstracción que permite que alguien de 50 o 55 años se siga designando como tal. Cuando te consideras adulto joven te sometes a ti mismo a una temporalidad demasiado subjetiva. Es un hecho que cada vez menos cosas prevalecen de una época de jóvenes que siempre estará dándonos coletazos hasta el día en el que dejemos de existir o seamos demasiado viejos como para recordarlo.
Publicidad
Malta pagará a los turistas que vayan a visitarla este verano. Los primeros 35.000 visitantes que reserven sus vacaciones allí podrán recibir hasta 200 euros en descuentos. Mejor oferta me parece la que se instauró hace poco en Andalucía, el bono turístico, que sigue vigente. Recuerdo que, con todas las ganas de viajar, el anuncio de aquella medida me pareció muy tentador, pero desde entonces y hasta ahora no he encontrado tiempo ni lugar al que irme de descanso, a desconectar, o a unas vacaciones que no tengo.
Malta es un país muy de Erasmus porque se le achaca la heroica condición de resultar más barato que España o, por lo menos, de los más económicos de Europa no ya para visitar, sino para echar allí un cuatrimestre entero. La cuantía de la beca hacía necesario trabajar o solicitar otra ayuda o subvención que podía venir de tu núcleo familiar más cercano, concretamente de tus padres, y eso convertía el estiramiento monetario en una cuestión más relevante que el currículo de estudios para todo el alumnado. Otros becados se decantaron sin embargo por irse de Erasmus a Holanda, y serán siempre señalados por la sospecha de haber elegido el destino por motivos que van más allá de su precio o, por decirlo de alguna manera, del costo de la vida. Recuerdo una ola de frío que sometió Groningen a unos miserables 20 grados bajo cero. A esa temperatura, cuando ibas en bicicleta te ardían los pómulos, que eran la única porción de cuerpo a la intemperie. El resto de piel humana estaba sometida a diferentes capas de tejido. Para un estudiante de la UMA, era una locura salir sin al menos dos pares de calcetines. Aquella bicicleta que pedaleaba tan alegre poco después fue robada y reencontrada en lo que para mí era 'el mercado negro', teniendo que abonarle 30 euros al mismo ciudadano que acababa de robármela. Hay una inocencia estudiantil que todavía se mantiene de aquella época, o eso espero. Para algunos, la vida adulta es lo que transcurre entre la beca Erasmus y los viajes del Imserso.
Suscríbete durante los 3 primeros meses por 1 €
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión