Paso corto, vista larga

El desencanto

Roberto López

Jueves, 30 de octubre 2025, 01:00

En esta España mía, esta España nuestra, donde conseguir la primera vivienda parece más una lotería que un destino vital, algo está ocurriendo en la ... cabeza de muchos jóvenes: el desencanto. Según los sondeos, uno de cada cuatro votará a Vox. Y mientras sus futuros hogares se pierden en la niebla de los días, aparece Vito Quiles, como un Cid Campeador, haciendo gira por Andalucía y hablando de orden, seguridad, migración..., y vivienda.

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Debatimos los mayores. ¿Qué ofrece la ultraderecha? Simplificación, una fotografía, una salida de emergencia... De pronto, la vivienda, asignatura pendiente, se convierte en el acceso a un cambio político inesperado. Que jóvenes sin piso y sin futuro migren hacia ideas de la derecha populista no es sorpresa. Que Vito Quiles acuda a Málaga, ciudad donde el acceso a la vivienda resulta fabuloso, no es casualidad; es estrategia.

Sigue el debate ¿Qué futuro les espera?, decimos. Les contamos un cuento y que coman perdices. Pero el caso es que, si no se actúa para que un joven pueda acceder a su casa antes de los cuarenta, lo que está en juego no es solo un techo: es una identidad política. No tener casa es alquilar más años, renunciar a los hijos, cambiar de ciudad, alimentando una desigualdad generacional: padres con piso amortizado, hijos a la deriva. No tener casa ya es una frustración que marca tendencias políticas.

Un hogar en propiedad fue símbolo de estabilidad, pero ahora su ausencia es símbolo de cambio. Y quienes les ofrecen respuestas, aunque simplifiquen todo, obtienen apoyo. Así que las preguntas que importan son: ¿qué les ofrece la extrema derecha? ¿Por qué no les seducen los partidos de siempre? ¿Por qué les seguimos inoculando esa sombra de pesimismo sobre un futuro que nadie conoce? ¿Por qué no hablamos más con ellos? ¿Por qué no los escuchamos?

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Ellos, varones jóvenes envalentonados, envueltos en banderas, gritando como hooligans, sin futuro, volviendo a casa de sus padres. Qué disimulo, qué decadencia, qué decepción. Y es que cuando la espera es larga, si alguien te cuela, tú te cuelas. Y si esa alternativa coincide con Vito, Santiago o Alvise, pues vale. Frente a la impotencia y la resignación, una raya en el océano. Quizás si los jóvenes son de extrema derecha no es por convicción política, sino por pragmatismo vital. Quizás solo sea, otra vez, la teoría del péndulo. Quizás solo, cosas de la edad. Quizás, el desencanto.

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