Hay hombres que juran que le han levantado el velo a la muerte, pero a Sánchez, no. En su cabeza, Iglesias le iba a doblar ... el brazo al PSOE y, efectivamente, se lo dobló por la parte del codo justo lo necesario para el corte de mangas que ya asoma por Moncloa junto a los pinos mancos de tanta nieve. Al próximo que me diga eso de que Moncloa no mide a tan largo plazo le abro la cabeza. Sánchez siempre tiene un segundo plan como este de dejar que Podemos llegue a los confines de sus galaxias moradas donde Pablo es el Sol que sale por el oeste de Galapagar, España no es una democracia y el certificado de elección del género lo dan con los menús infantiles de las pizzerías. Sánchez lanzó a Iglesias como un astronauta a las cosmogonías rusas y novichokas en las que Puigdemont es un exiliado y Bildu, un partido de paz. De pronto, Echenique cayó en la trampa y un día animó a los chavales a hacer el amor a los escaparates en nombre del rap. Para cuando le dio a enviar el tuit, Barcelona ardía como tea y la nueva izquierda hizo 'crack'.
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Ahí es donde se aparece el PNV con todo su universo de orden. Pactó un vocal del CGPJ con el PP y Josu Erkoreka se reunió con María del Carmen Calvo, vicepresidenta de orden. Cómo serán los dislates en los que anda España para que el PNV me recuerde a un sofá y a ese momento en el que se te pasa la resaca. Sabin Etxea se enfadó bastante cuando Sánchez pactó con Bildu la reforma laboral, pero en lugar de lanzar tuits, esperó. La política del PNV funciona porque puede esperar y porque conoce el tiempo de los bosques y la física eterna de las rocas milenarias que representan las calvas de sus dirigentes. Así aguardó el momento de desmontarle el chiringuito a Iglesias, siempre subido en el trapecio mesiánico de la nueva izquierda y los misterios de sus relatos davínicos y quincemayistas que funcionan hasta que la gente deja de funcionar, como todo. Viene Andoni Ortuzar, que es un enorme canario en la mina, a reírse del show descabellado de la coalición de izquierdas. Alejandro Dumas escribió 'Cherchez la femme', pero a quien hay que buscar es a Ortuzar.
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