La caída
El hombre que vivía dentro de otro hombre. El habitante de las sombras. Jekyll y Hyde otra vez. Errejón. Ídolo con pies de barro. El ... libertino con vida de neoliberal. El linchado, el ajusticiado. El inquisidor colocado en el potro del tormento. El revuelo. Una catarata de condenas y repulsas. Con la evaporación instantánea de la presunción de inocencia, evidentemente. Otros y otras podrán acogerse a ese amparo legal. Habrá que dar tiempo a que todo se asiente, a que la corriente del río informativo deje en una playa lejana al exlíder de Podemos, de Más Madrid, de Sumar. La playa donde van a parar los despojos y algún que otro náufrago que, después del arrastre, consigue sobrevivir liberado de las cadenas.
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Habrá que dar tiempo para la purga judicial, para la penitencia o la inocencia. Pero quienes no tienen tiempo que perder son los compañeros del ya expolítico. Los viejos camaradas. Aquel asalto a los cielos que ahora se queda en un triste salto a la cama. La cosa terrenal. De los antiguos camaradas solo queda vivo políticamente Pablo Iglesias. Que nadie lo dé por finado. Esta semana ha sido muy dulce para él. Ha visto pasar al enemigo íntimo en el carro de la guillotina. Por su lado, la traidora Yolanda ha recibido un nuevo golpe en su decadente Sumar. De poco vale que ahora pidan perdón y renieguen del apestado. El rijoso, el violento Errejón. Un día antes Yolanda le hacía carantoñas en el Congreso de los Diputados, cuando entonces, sí, rotundamente, ya conocía lo que un día más tarde se iba a destapar. Ella y otros, que también sabían.
Izquierda Unida ve la ocasión para dar un paso adelante. Maíllo venía anunciando la ofensiva. Sumar no suma. El viejo músculo de IU estaba postergado en favor de una vicepresidenta que sí, a todas luces, es víctima de la contradicción a la que Íñigo Errejón aludía en su extraño mensaje de descargo y despedida. Férreos izquierdistas embutidos en trajes y vidas de neoliberales. Chóferes, moqueta, dispendios, asesores de imagen. Exceso de peluquería, resumió Alfonso Guerra. También Yolanda sabe desdoblarse. Multiplicar su personalidad. Desde Colombia nos dijo que ella podía hablar como vicepresidenta del Gobierno de España, no como dirigente de Sumar. La dirigente de Sumar se había quedado en España. Y resucitará cuando la vicepresidenta vuelva. Como las marionetas de los ventrílocuos. Como las tomaduras de pelo. No somos nadie. O somos muchos, hay mucha gente habitando dentro de un mismo cuerpo y de un mismo cerebro. La persona y el personaje, ya saben. La realidad y la fantasía. El asalto al cielo y la dura, durísima, superficie de la tierra al caer.
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