Biciudades

DECIUDAD.ES ·

Las ciudades punteras miran por su interés, que es el de sus ciudadanos. A veces, con motivo en un hecho histórico, suceden hermanamientos de unas ... ciudades con otras, pero también pueden unirse ante una gran necesidad. Puede que la crisis económica que ahora comienza marque el momento para un hermanamiento de ciudades en bicicleta.

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En estos tiempos nuestra ciudad debe ahorrar y ayudar a ahorrar a sus ciudadanos. A ellos debe dirigir sus ojos y aprender del autónomo que empieza ahorrando en sus gastos de trabajo. De todos los gastos que tenemos en las ciudades, el más fácil de recortar es el del transporte. Podemos reducir el uso del coche a diario, y a costa de la pandemia debemos reducir el transporte público, esto deja solo una salida a nuestras ciudades y es el echarse a la calle sobre dos ruedas.

Pero no debemos confundir circular en bicicleta por ciudad, con dar un paseo en bici por el puerto. Hay que preparar la ciudad para que la mayor parte de nuestra actividad diaria: trabajar, comprar, ir de una parte cualquiera a otra, podamos hacerla desplazándonos en bicicleta, además de subirnos a ella para hacer deporte.

La bicicleta se usa en Copenhague hasta para llevar a los niños a la guardería. Los niños descubren las calles desde sidecares con capota transparente acoplados por delante a las bicis de sus padres. No se me borra de la memoria, una noche gélida en Berlin, ver de lejos luces de faros de bicicletas abrirse paso a través de calles muy oscuras ¿Cómo estas cosas son posibles en ciudades con el clima del mar del Norte y no en las nuestras mediterráneas?

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Una ciudad en bici es cuestión de voluntad de todos trás el planificador. Hacer cosas en bici trae sin duda mejor humor además de ahorro. Pero toda la ciudad debe ser recorrible en bici de forma completa y clara, no laberíntica. En todas las vías principales debe haber carriles más anchos, bien definidos por el color y bien protegidos. La bicicleta como medio de transporte necesita aparcamientos para bicis en todo destino posible de una actividad ya sea de descanso o trabajo: supermercados, estaciones de transporte, centros comerciales y hasta las zonas de bares. En nuestro centro, además de aparcamientos de bicicletas debe haber itinerarios alternativos y complementarios a los peatonales, para que el centro histórico vuelva a ser uno con sus barrios.

Es necesaria una revisión de las ordenanzas de circulación y del código penal. El que legisla debe proteger la propiedad privada más frágil, ante el que la roba y se lucra, amparado por unas leyes permisivas e injustas. Debe legislar a favor del ciclista, penalizando duramente el atropello y dándole prioridad en el cruce.

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Recuerdo avenidas de Copenhague con carriles para ciclistas entre peatones y coches, separados de unos y de otros, alfombrados de buen asfalto y con vallas para apoyar los pies de los ciclistas en los semáforos. Algunas capitales próximas ya han arrancado programas como 30 días en bicicleta, para mostrar cómo puede hacerse más amable y mejorable la propia vida en ciudad, calle a calle, barrio a barrio.

Si hemos podido competir en destinos turísticos con otras, con más hoteles y museos y mejor preparadas, ¿por qué Málaga no va a poder competir con aquellas norteñas en espacio urbano sin ruidos y con actividad plena? Málaga debe de estar en el club de las ciudades ahorradoras y limpias. Biciudades, podría ser el nombre de una asociación de ciudades, unidas por el uso de la bicicleta. Parece que se despejan nubarrones y no tendremos las cornisas de nuestras calles repletas de drones voladores en los próximos 20 años. Bajo un cielo más azul que gris, Málaga, antes que muchas otras, puede y debe ser una bi-ciudad. Las ciudades son sumas de iniciativas, ahora sobre dos ruedas: Biciudades.

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