Barbate
La preciosa localidad gaditana de Barbate, ligada a Málaga por muchos motivos, no ha despertado aún de lo que no ha sido, desgraciadamente, una pesadilla ... producto de un mal sueño. Barbate, sin quererlo ni merecerlo, se ha instalado en el libro de la historia de este país donde se recogen los hechos deshonrosos y criminales que de vez en cuando lo sacuden. Además, para todos los barbateños, gaditanos, andaluces y españoles de bien, los sucesos acaecidos hace unos días en los que fueron asesinados dos guardias civiles que luchaban contra poderosos asesinos narcotraficantes sin escrúpulos ni nada que se la parezca, son una verdadera vergüenza, que además ha contado con otros elementos a su alrededor que abochornan.
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Barbate nos dejó clara la idea de que las fuerzas y orden de seguridad del Estado no tienen medios suficientes y de calidad para la lucha contra la poderosa delincuencia de la droga, pero además sumó hechos verdaderamente penosos, como los tuits (ahora no sé cómo llamarlos) de Interior y de la oficialidad del cuerpo donde lamentaban que hubiesen «fallecido» dos guardias civiles; o la triste realidad de la doble cara de la cultura cinematográfica de este país, tan reivindicativa en todo (se supone), y que sin embargo celebró los Goya sin ni siquiera un minuto de silencio o unas palabras de recuerdo... como si nada hubiese pasado, sin obviar a nuestros dirigentes, que han de estar para las duras y para las maduras, y el presidente Pedro Sánchez debería haber asistido a los funerales de los servidores del orden, que han dejado no sólo su vida, sino un reguero de amargura con familias destrozadas y niños huérfanos...
En Barbate no sólo ha habido un acto de delincuencia, un doble asesinato, una demostración de chulería vengativa de los narcos, sino también una palpable demostración de los fallos en los resortes de un mal llamado progresismo y la mala educación, la falta de sensibilidad y la poca vergüenza de quienes se encargaron de filmar las escenas del asesinato entre jaleos, chistes y descalificaciones. Loor y gloria para quienes dieron la vida por su patria, por su país, por el orden y la ley.
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