Señor ministro Puente:
Publicidad
Me han dicho que ha venido usted a Málaga a un desayuno coloquio organizado por diario SUR.
Sin ánimo de polemizar —que ... luego usted se me hace el ofendido y me manda un tuit—, me pregunto: ¿a qué ha venido esta vez?
Porque la realidad es tozuda. Y me temo, señor ministro, que esa realidad no cabe en titulares amables que usted habrá buscado con ansia con anuncios mil millonarios que muchos ya no nos creemos.
Málaga sigue siendo, y leo sus últimos Presupuestos Generales del Estado, la provincia número 50 de 52 en inversión estatal per cápita: apenas 133 euros por malagueño. Un dato que duele aún más si se recuerda que somos una de las provincias que más crece en población, en creación de empresas, en desarrollo económico y en peso turístico: generamos el 8% del turismo internacional de toda España, pero no llegamos ni al 2% de la inversión nacional en infraestructuras, especialmente ferroviarias.
Por eso quiero empezar hablándole de las Cercanías. Sí, ese vagón de cola del mapa nacional y que no mereció ni un segundo en su desayuno coloquio.
Málaga movió 17,1 millones de viajeros al año en Cercanías, (INE 2024). Somos la sexta área metropolitana de España en número de usuarios, pero desde 2018 hemos recibido apenas 27 millones de euros en inversiones efectivas para modernizar y ampliar este servicio. No son sabotajes ni contubernios, señor Puente. Es la falta de mantenimiento y de gestión lo que provoca retrasos permanentes y más de 120 incidencias en este servicio público solo en lo que va de 2025.
Para que se haga una idea: su gobierno ha destinado en ese mismo periodo más de 3.800 millones de euros al conjunto de Cercanías, concentrando más del 42% en otras regiones como Cataluña o el País Vasco. Málaga, pese a su crecimiento demográfico, económico y turístico, no ha alcanzado ni el 0,7% de la inversión nacional.
Publicidad
Las consecuencias están a la vista: trenes obsoletos y sin mantenimiento. Según datos de Renfe, la edad media de los trenes de Cercanías en Málaga es de 27 años, al límite de su vida útil -de 30-. El 42% de las unidades supera ya los 20 años y ninguna unidad nueva circula desde 2008. Averías, demoras, especialmente en hora punta, y una línea C2 que pierde frecuencias cada temporada. Cada año, los malagueños pierden más de 1,3 millones de horas laborales por estos retrasos, lo que se traduce en más de 45 millones de euros de coste económico para las empresas y para la economía provincial.
Y sigamos, si le parece, con el Tren Litoral: esa cicatriz que no deja de supurar en la economía malagueña.
La gran promesa incumplida que dura ya 25 años.
Me viene a la cabeza uno de esos análisis preliminares de su propio ministerio que concluía que el Tren Litoral podría captar 60 millones de desplazamientos desde Nerja a Algeciras cada año. De haber sido diligente, habríamos podido reducir en 11 millones anuales los desplazamientos por la AP-7, reduciendo así emisiones de CO₂, costes empresariales asociados a los atascos y, por supuesto, la siniestralidad.
Publicidad
Marbella, con 150.000 habitantes —y un área de influencia que supera los 300.000—, es la única ciudad de más de 100.000 habitantes en toda Europa occidental sin conexión ferroviaria.
Han pasado 25 años desde el primer anuncio del llamado Tren Litoral y más de 20 millones de euros gastados en estudios y anteproyectos que han acabado durmiendo en los cajones ministeriales. El último, otro más que su ministerio ha encargado por otros 990.000 euros. Otro anuncio más, sin inversión comprometida y que probablemente acabará, como los anteriores, en un cajón.
El coste de esta ausencia de interés, de este déficit de infraestructuras es demoledor para nuestro progreso social y económico. Un informe de la Cámara de Comercio de Málaga cifra que se pierden anualmente hasta 1.000 millones de euros en PIB provincial y se dejan de crear más de 10.000 empleos directos e indirectos, tanto por inversiones perdidas como por la falta de mantenimiento y mejora de la oferta turística a causa de esa falta de acción de su Ministerio.
Publicidad
Y llegamos al Aeropuerto Málaga–Costa del Sol.
Cerró 2024 con más de 25 millones de pasajeros —cifra que AENA preveía para 2026 en su DORA II—, y se espera que en 2026 se superen los 30 millones. Sin embargo, desde la inauguración de la T3 en 2010, no se ha aprobado ni presupuestado ninguna ampliación relevante.
Ni el DORA I (2017–2021) ni el vigente DORA II (2022–2026) han incluido una ampliación real de la terminal ni la activación permanente de la segunda pista.
Me dicen que ha anunciado usted una inversión millonaria eso sí, sin partida en los Presupuestos Generales del Estado y que posterga, una vez más, hasta el próximo quinquenio, 2027-2031 la ampliación del aeropuerto, al parecer, en los planes futuros de AENA.
Publicidad
No, Sr. Puente, no nos venga con milongas.
No es necesario esperar: el Documento de Regulación Aeroportuaria vigente ya prevé esa inversión si se dan, como se han dado, ciertas circunstancias de tráfico. Solo hay que querer, señor ministro. Igual que sí ha querido usted presupuestar 3.200 millones de euros para ampliar el aeropuerto de El Prat.
El aeropuerto de Málaga canaliza el 85% del turismo internacional que llega a la provincia y sostiene más de 120.000 empleos directos e indirectos. Y, aun así, sigue siendo invisible en sus planes de inversión estatal.
Noticia Patrocinada
En este viaje suyo por la inoperancia llegamos también a la AP-7: el embudo que nos atrapa cada verano y cada puente. En temporada alta soporta más de 100.000 vehículos diarios en tramos como Marbella–Fuengirola, con atascos de hasta 15 kilómetros diarios y retrasos medios de 40-50 minutos. Esta saturación cuesta a la economía malagueña unos 100 millones de euros anuales en horas perdidas y añade más de 15.000 toneladas de CO₂.
Sin Tren Litoral, sin ampliación de Cercanías y sin nuevas rondas, la AP-7 sigue siendo la única arteria para trabajadores, residentes y millones de turistas.
¿Ha pensado usted algo al respecto?
¿Esperamos quizá a su próximo tuit?
Publicidad
Y no quiero acabar, señor ministro, sin mencionarle el acceso norte al aeropuerto: una obra de apenas 1,7 kilómetros que continúa paralizada. Adjudicada en 2018. Enterrada nada más llegar su gobierno, y que ahora vuelve a aparecer en 2025 con un nuevo informe ambiental, pero sin plazos, sin obras y sin ningún plan real de ejecución.
Este injusto desequilibrio del que le he estado hablando, señor Puente no solo se mide en kilómetros de vía o en toneladas de hormigón, sino en millones de oportunidades de futuro que se pierden cada año para Málaga y Andalucía por la ineficacia en la gestión de su ministerio.
Publicidad
No es cuestión de informes, ni de promesas, ni de titulares. Es cuestión de voluntad política de su gobierno.
Y esa, por desgracia, sigue sin llegar a Málaga.
El consejero de Turismo y Andalucía Exterior de la Junta de Andalucía.
Suscríbete durante los 3 primeros meses por 1 €
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión