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LA NUBE DOBLE

DÓRICA, JÓNICA

Juan Francisco Gutiérrez

Lunes, 7 de noviembre 2016, 09:53

Corintia, corintia. Si a usted no le suena el título de esta columna ni su arranque, no se preocupe. 'Las Bistecs' han popularizado esta suerte de estribillo, pero la fama de estas dos chicas de Barcelona está todavía (por poco tiempo) a años luz de la de Chenoa. Eso sí, no les van a la zaga en cuanto a furia emocional de sus fans. Exhiben registro vocal cortito pero larga vista para crear coreografías de alta alcurnia moderna, léase 'performances'. Y sobre todo pulen letras afiladas en sus coplas, que adscriben al género auto inventado del 'electro-disgusting', ea. 'HDA', que parece nombre de alucinógeno pero significa 'Historia del Arte', las catapultó a la mitomanía con un videoclip hipnótico. El resto de su muestrario en 'Oferta' (su disco) contiene temas igual de flipantes, con canciones protesta ('Señoras Bien'), poemas machadianos 'bakalizados' ('Caminante') y hasta una nana llamada 'Ano'. No es raro que se dirijan a un público «especializado y avanzado», pero no se asusten: pasado el primer choque, divierten más que escandalizan.

El viernes 'Las Bistecs' triunfaron en el 'Rastro cultural' de La Térmica en la sede de la Diputación. Sin ser especializado en estas lides, me sumé a la avanzadilla a ver qué se cocía. Quizás por el anuncio de tormenta, que fue chispeo, el variopinto público allí reunido parecía como a la espera del arca de Noé, y para hacer tiempo se divertía bailando 'swing', comprando antigüedades o comiendo camperos 'high tech'. Mostró el cotarro gran panoplia de criaturas: solas, en comandita, con niños en carrito o patinando, o en simples parejas, no todas preocupadas por la supervivencia de la especie. 'Las Bistecs' iban de verde y morado, en claro guiño local. Y acabaron, tras su ejercicio de extroversión, vitoreadas por lo más granado, dorado e 'instagrameado' de la modernidad malagueña. Ya se sabe: donde hay juventud quizá no haya mucha pasta, pero hay mucho pantalón pitillo y muchos envidiables flequillos. Y si además de pelo suenan 'Las Bistecs', la alegría pasa ya de dórica a corintia, corintia.

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