María Gámez se va sin hacer ruido

María Gámez se ha ido sin hacer ruido. No debe sorprender esta actitud, más que nada porque llevaba ausente varios meses del Ayuntamiento de Málaga, en el que muchas veces se adivinaba su posición por silencio administrativo. Lo cierto es que nunca ha sido una mujer de estridencias, de levantar polémicas. De hacer ruido, en definitiva, algo que por otra parte le ha podido pasar factura. La hasta ahora portavoz municipal de los socialistas estaba desencantada tras la derrota electoral de las pasadas municipales. Sabía que no acababa de conectar con la mayoría del electorado malagueño. Y tampoco tenía que estar muy contenta cuando en su partido no contaron con ella para buscarle un hueco en las listas al Congreso o al Senado. Tuvieron además un par de oportunidades para hacerlo y su nombre cayó en el olvido. En el ostracismo. La inclusión de Begoña Tundidor en la candidatura fue muy reveladora para sus intereses. La suerte, su suerte, ya estaba literalmente echada fuera de la primera línea del partido. Pero se ha ido sin hacer ruido. Con elegancia. Le honra. Lo cierto es que esta mujer ha tenido mala suerte. El pacto que se ha vivido en casi todos los municipios costeros al grito de todos contra el PP no se produjo en la capital. Ahí están los ejemplos de Marbella, Benalmádena, Torremolinos, Rincón, Vélez, Nerja. En estos municipios gobierna un socialista por esa amalgama de pactos, algunos contra natura, pero que han servido para desalojar a los populares. Sin embargo, en la capital no fue así, pese a que los números daban para propiciar el relevo de De la Torre. No se sabe muy bien si fue por mérito de éste, demérito de María Gámez o porque la facción de Ciudadanos presente en la capital puede tener a veces sus ideas a la derecha del PP. Mala suerte. Pudo tocarle la lotería en el pacto de Rivera con Pedro Sánchez, pero ese movimiento no cuajó y por ende tampoco tuvo un efecto dominó. Ya sólo le quedaba el momento para irse. Además de estas razones políticas expuestas, es verdad que ha decidido abandonar el Ayuntamiento de Málaga por motivos personales. Tiene honrosas razones familiares que justifican su partida en estos momentos, aunque hay que respetar que no sean publicadas para salvaguardar su intimidad y su deseo de que permanezcan en el anonimato (no es nada malo, que nadie eche a volar la imaginación). Ello no es óbice para que desde estas líneas se reconozca su comportamiento. No quiere hacer ruido. Y eso es lo que ha querido evitar por otra parte la dirección provincial de su partido a la hora de elegir a la persona que debía sustituirla. Al final se ha apostado por la tercera vía, que es la que representa María del Carmen Moreno, que en apenas un año ha pasado de los bastidores del grupo municipal a la primerísima línea del salón de plenos. De esa manera, Heredia y Conejo han evitado tener que elegir entre los dos delfines, Daniel Pérez y Estefanía Martín Palop. Esta última parece que es la favorita de la jerarquía del partido, mientras que Pérez parece que es el favorito de los colectivos sociales de la capital, que para eso está todo el día pateándoselos. Sin embargo, la paz perseguida no está muy claro que se consiga. De hecho, la todopoderosa agrupación socialista del Centro de Málaga ya ha mostrado su disconformidad con la manera y por la elección de la nueva portavoz. Habrá que estar atentos en lo que queda esto, porque todavía se tienen que celebrar más reuniones en estas agrupaciones. Lo que está claro es que ahora mismo es una incógnita saber quién será el próximo candidato del PSOE al Ayuntamiento de Málaga. Aunque para eso aún queda mucho tiempo y hoy es día para desearle buena suerte a María Gámez ante el cambio vital que va a experimentar.

Vacaciones

Y experimentar nuevos cuadrantes de vacaciones es lo que tienen que hacer en la Jefatura Provincial de Tráfico y en el Registro Civil. En este verano que ya va encaminando su recta final se han producido en estas oficinas situaciones muy lesivas para los usuarios. No es sostenible que alguien que acaba de aprobar el carné de conducir no pueda coger el coche (salvo que se arriesgue a ser multado) porque no se le proporciona el carné provisional, que no llega a sus manos hasta dos meses después. Hay que tener en cuenta que es precisamente en el periodo estival cuando hay mucha gente que se anima a examinarse del carné de conducir. Tampoco es muy gratificante tener que hacer colas de madrugada para poder ser atendido en el Registro Civil, que ha tenido que reorganizarse sobre la marcha para evitarlo. A ver si el próximo verano se planifican mejor las vacaciones en estas dos oficinas públicas.