EL ALFÉIZAR

Refugiados en la Iglesia católica

Rafael J. Pérez

Martes, 24 de mayo 2016, 09:53

La Iglesia católica de Málaga tiene a disposición de refugiados 41 alojamientos en el convento de las Mínimas de Antequera, ocho apartamentos familiares en un ... edificio junto al santuario de la Patrona de la Diócesis, la Virgen de la Victoria y cinco pisos en la antigua Casa del Niño Jesús, también de la capital. Más de 90 plazas son las que la comunidad católica malagueña ha puesto a disposición de los refugiados en colaboración en el Centro Español de Ayuda al Refugiado (CEAR) y ACCEM.

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Cuando los Gobiernos europeos se lanzan la pelota unos a otros poniendo en juego el futuro de miles de refugiados una comunidad de monjas de clausura, la Orden Mínima, ha decidido pasar a la acción y aportar su granito de arena acogiendo a 41 de estas personas en el convento de santa Eufemia de Antequera. Cuando nuestros políticos siguen enroscados en sus particulares guerras electorales el Obispado de Málaga se arremanga y ofrece pisos de acogida. Cuando el tiempo pasa y se agravan las situaciones familiares de quien busca refugio son contados con los dedos de una mano los gestos que se prometieron para la acogida de refugiados por parte de quienes un día sí y otro también exponen en redes sociales lo bien que lo hacen con sus particulares políticas sociales.

Resulta paradójico que la Iglesia Católica, tantas veces zarandeada por la progresía de lo políticamente correcto, sea la que en Málaga abandere la acogida a quienes huyen de la guerra cediendo sus instalaciones. Ella y un puñado de malagueños y malagueñas de buena voluntad que han ofrecido sus casas. Gracias, todo hay que decirlo, a puntuales convenios de colaboración entre instituciones. ¿Pero la Diócesis de Málaga es la única entidad en la provincia que puede ofertar espacios? ¿Nadie puede dar un paso adelante para seguir abriendo caminos y ofreciendo lugares de refugio a las personas que huyen de la guerra? ¿Es que están bien donde viven amontonados y sin futuro claro? Querer es poder. Y para muestra un botón. O dos. El de Málaga y el del Papa Francisco que busca acoger a mil refugiados en dos años aprovechando una ventana legal. Ya ha traído a 194. Obras son amores y no buenas razones. ¿Cómo? Gracias a los corredores humanitarios que financian las ONGs sin coste para el Estado. ¿Cuántos ha traído España? ¿Cuántos Andalucía? ¿Cuántos Málaga?

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