Casi el 40% de los niños en España está en una situación de riesgo por exclusión o pobreza. ¿Cómo se te queda el cuerpo? Quizá ... por eso se impulsen iniciativas en Málaga como 'Ningún niño sin bigote'. Nombre de una campaña centrada en la recogida de leche en favor de familias en riesgo de exclusión social. ¿Y todos felices? Pues no. Ideas de entidades no gubernamentales que busca paliar el desastroso sistema de vida que mantiene en vilo el futuro de miles de niños y niñas en Málaga son necesarias y ejemplares. Pero no solucionan el problema en los barrios malagueños. Sorprende que gentes de buena voluntad estén a brazo partido intentando ayudar a los más pequeños mientras la clase política está enquistada en guerras intestinas de poder y liderazgo.
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Con este panorama no es de recibo un nuevo gasto de unos 100 millones de euros para nuevas elecciones. Gasto que tiene un coste equivalente a un plan de recualificación de parados. Sin prestaciones, sin ayudas familiares para pagar la hipoteca, desahuciados de sus hogares y sin apenas puertas a las que llamar no hay futuro para la desprotegida infancia malagueña. ¿A cuántos niños y niñas tenemos que seguir estropeándole su futuro amable para reaccionar? España no puede seguir desangrándose con una brecha cada vez más acentuada entre ricos y pobres. Por muchas iniciativas de las administraciones públicas que impulsen mejoras a todas luces insuficientes. Sin ir muy lejos son 34.000 niños malagueños los que están en riesgo de pobreza o exclusión social. Son datos fuertes. De hecho las parroquias de la diócesis de Málaga atienden en sus Cáritas a más de 25.000 familias. En cierta forma buscan paliar este gravísimo desajuste social. Algo que excede al ámbito provincial. Porque estudiar el nivel nacional es para echarse a temblar. En relación al resto de países de la UE y la OCDE a España solo le superan en desigualdad Israel, Grecia, México, Rumanía y Bulgaria. Todo un ranking que como dicen ahora es para mirárselo. España es el país de la UE que menos porcentaje de PIB dedica a prestaciones monetarias para familias e infancia. Urge un pacto de Estado contra la pobreza infantil. Ya está bien de incompetencia o tímidas iniciativas que lavan la cara. Detrás de cada dato de pobreza hay un fracaso colectivo. Está claro que si no se adoptan medidas contundentes el futuro no será mejor.
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