Caminar con la cabeza erguida y dormir con la conciencia tranquila deberían ser las máximas a seguir por cualquier persona que se precie de pasar ... por esta vida con más gloria que pena. Máxime si te dedicas a la política. La alcaldesa de Ronda, Mari Paz Fernández, está demostrando en sus últimas horas al frente del Ayuntamiento que le cuesta aceptar las reglas básicas de convivencia: critica su forma de abandonar el Consistorio, cuando una moción de censura es un arma democrática recogida en la Constitución que utilizan los partidos a su conveniencia; y arremete contra sus adversarios políticos por no permitir que gobierne la lista más votada (en 2015 ganó el PP en la capital de la Serranía por primera vez en 40 años), cuando precisamente ella fue alcaldesa en 2011 sin ganar las elecciones.
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¿Piensa que la memoria es una facultad que se pierde de una legislatura a otra? ¿Se puede tener menos escrúpulos al realizar estas manifestaciones con un micrófono en la mano delante de la puerta del Ayuntamiento rodeada de cargos y militantes de su partido? ¿Tanto cuesta asumir que los cargos orgánicos e institucionales igual que se ostentan se abandonan con idéntica facilidad? ¿Piensa Mari Paz Fernández que un pacto entre PSOE, PA e IU es un contubernio sobre su persona y que lo natural es el acuerdo firmado entre el PP e IU en Pizarra, por ejemplo? ¿O es que se le ha olvidado que ella participó en 2004 en la moción de censura, aliándose con el PA y el GIL, para desbancar al PSOE? La hemeroteca es pésima para el cinismo.
La política, la mala política, está tan denostada en estos últimos años por la ausencia de criterio. Utilizar argumentos por conveniencia partidista no ayuda precisamente a la regeneración. Además en Ronda se da la circunstancia añadida de la falta de sintonía de la alcaldesa con la ciudadanía. Como en muchas ocasiones se le ha hecho ver a Mari Paz Fernández. Y no ha hecho nada por remediarlo.
Hay que pensar que Ronda tiene mala suerte con sus políticos, porque dos días después del paripé de la regidora, lamentando la moción de censura, el PSOE, perdón la Junta, anuncia la licitación de las obras del vial de acceso al nuevo Hospital Comarcal, un centro de vital importancia para la Serranía -atenderá a 85.000 personas-, que acumula años de retraso. ¿Es casualidad que esta celeridad y agilidad se demanden a una semana de que la ciudad del Tajo vuelva a tener una alcaldesa socialista? No entraría con buen pie María Teresa Valdenebro en el Consistorio de su ciudad si los rondeños tuvieran dudas acerca de la coincidencia de la apertura del nuevo hospital y de la llegada del PSOE al Ayuntamiento.
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