EL MIRADOR

La susanidad andaluza

El socialismo andaluz se ha automitificado como 'reserva espiritual del Estado del Bienestar'

Teodoro León Gross

Martes, 15 de septiembre 2015, 12:33

Al ir a dar a luz, casi con la expectación de las viejas reinas sin línea sucesoria, Susana Díaz anunció que pariría en el sistema ... público que es 'la joya de la corona de los andaluces'. Tanto si Susana Díaz tuvo tratamiento de Mamá VIP o no, desde luego las cosas, más allá del chinchimpúm palabrero, serán distintas para quienes esperan más de cincuenta días de promedio para una intervención quirúrgica. Un año atrás, la cota estaba en cuarenta y cinco. Basta 'la cuenta de la vieja', sin cursar Matemáticas, para concluir que esto no va mal, sino peor. Hay hospitales donde la demora pasa de sesenta y casi frisa setenta días; y el verano eleva los números rojos del balance por el cierre de quirófanos y camas. Eso sucede en el catálogo de cirugía con decreto de máximos; en el caso de dolencias no tasadas, hay enfermos que esperan hasta dos años o incluso tres para algunas intervenciones. Más que 'la joya de la corona de los andaluces' parece 'bisutería retórica'.

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El socialismo andaluz se ha automitificado como 'reserva espiritual del Estado del Bienestar'. La paradoja es que los indicadores delatan el mantra hueco. Andalucía es la peor comunidad en servicios públicos fundamentales (Fundación BBVA). En la campaña, la presidenta repetía aquella letanía de «el sistema público de salud es un orgullo para los andaluces», erre que erre, pero Andalucía está a la cola en gasto per cápita en salud, en médicos, en número de enfermeros, en camas. Y Málaga en particular mantiene desde hace años los peores datos. Ayer se podía leer en estas páginas que la ampliación del hospital de la Costa del Sol prolonga un parón ya de cinco años; o el Hospital de Ronda va lastrado por tres interruptus; o el Chare del Guadalhorce. En fin, sin duda el sistema público de salud es un orgullo, aunque sea para los propietarios de clínicas privadas. Para los enfermos esto no es la joya de la corona sino, parafraseando la astracanada de Martes y 13, el robobo de la jojoya de la sasanidad.

Lo asombroso es cómo la Junta de Andalucía ha logrado construir un antídoto retórico contra la realidad mediante la gran maquinaria de propaganda puesta a punto por 'Grigori Yefímovich' Zarrías. Sí, en todas las comunidades hay manipulación -desde Cataluña a machamartillo hasta Galicia, desde País Vasco a Valencia, con televisiones públicas y publicidad institucional pervertida- pero en el caso andaluz el desfase entre el discurso y la realidad es estupefaciente. Aún acojona la capacidad para mantener letanías complacientes desmentidas por los hechos, como la merienda retirada de los colegios o las promesas incumplidas de La Cónsula. Treinta años después, la victoria electoral avala la eficacia del aparato de agit-prop para vender salmodias como 'la joya de la corona'. Sin duda a Susana Díaz, más que la sanidad, le preocupa el éxito de la susanidad.

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