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DESDE EL SUR

La decisión de Rajoy

Un líder se ve cuando debe dar un paso adelante y cuando debe darlo hacia atrás

Javier Recio

Miércoles, 25 de marzo 2015, 12:40

Un líder se ve en los momentos difíciles, cuando tiene que decidir qué hacer para mejorar al colectivo que tiene puesta su confianza en él. Y ahora se encuentra en esa tesitura Mariano Rajoy, el presidente del Gobierno y del Partido Popular que lo sustenta. Las elecciones andaluzas que han legitimado en las urnas a la socialista Susana Díaz le han dado un auténtico revolcón. Y se lo han dado a él, que es el gran responsable del desastre de los populares, que no tenían un resultado tan bochornoso desde hace 25 años. Rajoy sabía además que el que se la jugaba era él, no Juanma Moreno, que ha estado prácticamente de telonero junto a los ministros del Gobierno en casi toda la campaña electoral. No ha dudado en capitanear la oferta popular en una estrategia que a tenor de los resultados ha resultado estrepitosa. El presidente del Gobierno se dedicó a atacar de manera reiterada a Podemos, cuando la fuga de agua de su barco no le venía por la izquierda, sino por estribor. Muchos votantes de centroderecha ya no quieren que les guíe. No se fían de él. Y no confían porque les ha subido los impuestos, sigue sin ayudar a los autónomos, sin duda el gran granero de votos de Ciudadanos, y pregona una salida de la crisis económica que no acaba de llegar a los hogares. Y es aquí donde viven, por si se les había olvidado, la gente que acude a votar. Rajoy no se ha dado por aludido y ha empezado a utilizar una de sus tácticas favoritas: dejar pasar la cosa como si no pasara nada, que ya escampará. Pero la tormenta que acecha al PP es intermitente y las previsiones 'politológicas' apuntan que la que caerá en las municipales amenaza con convertirse en ciclón y con arrasar los numerosísimos ayuntamientos, diputaciones y comunidades autónomas donde gobiernan. Ante esta situación se puede actuar de dos maneras. Una es con resignación y contemplar el panorama como un cambio de ciclo inapelable, como el que sufrieron los socialistas tras el nefasto gobierno de Zapatero. Y así les fue. Otra es reaccionando y cambiando. Y el cambio no debe afectar solo a la política a seguir, sino a las personas. El juez Ruz acaba de dictar el procesamiento del PP como responsable civil subsidiario por su presunta financiación ilegal durante 18 años. Y esta mancha de corrupción, como los de los casos Gürtel o Bárcenas, le están pesando demasiado. Rajoy está cada vez más acorralado y a eso hay que unirle que de por sí no es un hombre que levante especiales pasiones entre su militancia. El problema es que quiera llevar hasta las últimas consecuencias el juramento del capitán, de ser el último en abandonar el barco. Pero nadie será capaz de amotinarse. La decisión recae exclusivamente en él. Su gran acierto sería no abandonar, sino dejar el barco para que otra persona lo dirigiera para evitar su hundimiento. Hay momentos en los que los líderes se ven cuando dan un paso adelante. Pero también se reconocen cuando lo dan hacia atrás. Y éste es uno de ellos.

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