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LA ROTONDA

Demagogia barata

PEDRO LUIS GÓMEZ

Sábado, 13 de diciembre 2014, 12:39

La demagogia es un arma de doble filo y algo muy fácil de usar, sobre todo si cuenta con aliados. Hoy, la maltrecha política española se siente asaltada por lo que muchos consideran nuevos telepredicadores, al uso de los famosos 'curanderos' muy al estilo y gusto norteamericano. Estos nuevos poseedores de la verdad, amparados en los malos modos de no pocos políticos corruptos, de la falta de liderazgo en los grandes partidos nacionales, en la situación de crisis económica y en la desesperanza de muchos españoles están floreciendo a sus anchas ante la permisividad (y eso es lo que más extraña) de personas y sectores que, o mucho me equivoco, o ya están pensando en cómo van a pescar en el río revuelto, en este tótum revolutum que se está cultivando al amparo de una demagogia sin freno, de una falta absoluta de rigor y de una situación que no hace más que dejarnos perplejos.

La historia de la demagogia de prometer lo que se puede hacer sabiendo que no es posible, o de querer que la política sea una actividad menor a la que nadie en su sano juicio pueda dedicarse, sobre todo si tiene una formación laboral y/o académica importante, es algo está floreciendo tras un concienzudo cultivo. Y se hace con el consentimiento de la propia clase política, que es lo más esperpéntico de todo, con una situación de 'maricomplejines' que asombra. Es como lo del sueldo que cobran los políticos, que lo que no se dice es que es el de los más bajos de Europa, y tampoco que no es normal que un presidente del Gobierno gane muchísimo menos que cualquier responsable de una empresa con 10 trabajadores (y pico muy alto) o que muchos altos cargos de la propia administración que rige. Hay miles de políticos de todos los partidos de este país que son un ejemplo de entrega, dedicación y esfuerzo, miles de concejales que cobran sueldos irrisorios si llegan a ello, e incluso los parlamentarios, ministros y presidentes autonómicos (con las excepciones, sorprendentes, de los que afirman que España les roba) que comparados con sus homónimos europeos se quedan con cara de póquer. La política es y se debe entender así una actividad en la que hay que buscar a los mejor y más cualificados, pero como sigamos así, como además haya casos como los del Ayuntamiento de Málaga, donde el alcalde y los concejales, de todos los grupos, cobran menos que cualquier empleado medio-bajo, se van a dedicar los que no tengan otra cosa mejor que hacer, y eso, de verdad, es un peligro muy serio, entre otras cosas porque estamos en manos, y me aterra, de telepredicadores al más puro estilo yanqui. ¡Go home!

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