La Cónsula y la propaganda

Hay que reconocer que son unos maestros. Quizá por eso lleven más de tres décadas en el poder. Los socialistas andaluces manejan como nadie el ... arte de la propaganda. Y ojo, que eso no es malo, sobre todo para sus intereses. Si cuela, cuela. La oposición tiene que tener el mismo arte para contrarrestarla. Para desenmascararla. Está claro que aquí tienen mucho que aprender. El último ejemplo se ha vivido con el caso de La Cónsula. Se han presentado como los héroes que van a salvar a la escuela de hostelería. Aunque parezca mentira es así. «Vamos a asumir en solitario esta gestión», apuntaron en plan esto lo vamos a arreglar nosotros ante la ineptitud del Ayuntamiento, que no era más que el compañero de viaje que ponía el edificio y no se metía en nada. Bueno sí, actuó hace unos meses en plan pagafantas para adelantar un dinero con el que se pudo pagar nóminas atrasadas. Pues para la Junta es cómo si antes no lo hubieran llevado ellos. Es increíble que un cambio en el sistema de financiación se intente convertir en un cambio sobre quiénes van a gestionarlo. La Junta es la única culpable de la ruina que hay en La Cónsula. Que se lo pregunten a los trabajadores de allí. A los proveedores a los que se les debe el dinero. A los 44 alumnos que fueron con toda ilusión a su primer día de clase y sufrieron una novatada que les va a durar tres meses. Y lo peor es que se la ha jugado la Administración. El engaño, por lo general, suele deparar una gran frustración en las víctimas. Pero hay que hacerse cargo de que en esta ocasión el engaño viene de la propia Junta. La misma que ha controlado los exámenes psicotécnicos de los chavales, la misma que ha facilitado las pruebas de vestuario de los alumnos. La misma que les ha cobrado las matrículas. ¿Se imaginan por un solo momento que actuáramos así ante una administración? ¿O ante otros ciudadanos? Es un despropósito de tal calibre que cuesta trabajo creer que encima se presenten como los salvadores. Como si no fueran los culpables de que la Unión Europa ya no se fíe de enviarles dinero para la formación. Como si no fueran los responsables de que las cuentas no estuvieran justificadas debidamente y a su tiempo y que ningún responsable se la quiera jugar ya dando el visto buena a cosas que ni están vistas y quizá no sean buenas.