Trump a Sánchez: «¿Estáis trabajando en lo del PIB? Ya llegaremos a eso. Pero fantástico trabajo el que estáis haciendo»
El líder estadounidense rebaja el tono con el presidente del Gobierno pero insiste en la necesidad de alcanzar el 5% en defensa
No hubo incidente. Ni un mal gesto. Después de haber sugerido la semana pasada que habría que expulsar a España de la OTAN por su ... negativa a elevar al 5% el gasto en Defensa, el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, recibió ayer con normalidad e incluso una sonrisa y unas palmaditas en la mano a Pedro Sánchez en la cumbre por la paz que se celebró en la ciudad balneario de Sharm el Sheij. Allí, en la localidad egipcia sede de las recientes negociaciones entre Israel y Hamás, una veintena de líderes internacionales se dio cita para apoyar la firma del acuerdo de alto el fuego patrocinado por Estados Unidos y Egipto, junto a Turquía y Catar.
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Sin embargo, más tarde, el presidente estadounidense sí hizo referencia a la polémica al preguntarle directamente a Sánchez por el gasto en Defensa. «¿Estáis trabajando en lo del PIB? Ya llegaremos a eso. Pero fantástico trabajo el que estáis haciendo», le espetó. El breve comentario tuvo lugar una vez que Trump saludó uno por uno a los distintos líderes internacionales allí congregados, durante los comentarios finales tras la firma del acuerdo que estipula el fin de dos años de guerra en la Franja de Gaza.
Se trata de la primera vez desde que regresó a la Casa Blanca en enero de 2025 en que Sánchez tiene ocasión de cruzar unas palabras con el líder de la primera potencia mundial. Ni hablaron en la cumbre de la OTAN en La Haya el pasado junio, en la que se vio al jefe del Ejecutivo español inusualmente solitario, ni tampoco en la Asamblea General de las Naciones Unidas, el pasado septiembre, cuando el saludo protocolario con el mandatario estadounidense correspondió al Rey.
En un comunicado publicado en redes sociales, el presidente español celebró una jornada que definió como «de esperanza» y expresó su agradecimiento a Estados Unidos, Egipto, Catar y Turquía por sus esfuerzos diplomáticos. Sánchez subrayó que «la paz no puede sustentarse únicamente en el fin de los enfrentamientos armados, sino en la defensa activa de la justicia y la humanidad».
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La cumbre comenzó cuatro horas más tarde de lo previsto como consecuencia de la tardanza del propio Trump, que previamente se había desplazado a Jerusalén para hablar ante el Parlamento israelí. Ese retraso hizo que Sánchez no pudiera regresar en el Airbus en el que se había desplazado con una delegación a Sharm el Sheij y tuviera que hacerlo en el Falcon que lo acompaña en este tipo de viajes por si se produce algún incidente. El Airbus debía regresar a Madrid sí o sí, como tarde, a las 21.00 horas para no superar el horario reglamentario establecidas para la tripulación. Las normas son muy estrictas y el presidente del Gobierno no pudo llegar a tiempo al aeropuerto.
Durante la cumbre, el Gobierno español aseguró recibir con «esperanza» la puesta en marcha de la primera fase del plan de paz de Donald Trump para Oriente Próximo, que comenzó con la entrega de los 20 rehenes vivos que aún seguían en manos de Hamás. El Ejecutivo señaló que España «seguirá redoblando sus esfuerzos y contribuyendo» al desarrollo. de este proceso.
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Causas por genocidio
Pero el ministro de Exteriores, José Manuel Albares, advirtió también desde Sharm el Sheij que la senda que ahora se abre no hará que las causas por genocidio que se siguen contra Israel en el Tribunal Penal Internacional y la Fiscalía española se evaporen. «Eso es algo que va a continuar», dijo. «Pero hoy aquí estamos reunidos en torno a la esperanza de que es posible una paz definitiva».
La presencia de España, y en concreto del propio Pedro Sánchez, en la cumbre de la paz donde EE UU y Egipto, junto a Catar y Turquía -los cuatro patrocinadores del acuerdo del alto el fuego- firmaron formalmente los principios generales del plan de veinte puntos del presidente estadounidense tuvo un carácter más simbólico que protagonista. Como el de la treintena de líderes internacionales presentes en la ciudad balneario a los pies del Mar Rojo, su papel consistió en escenificar el apoyo de la comunidad internacional a la que se considera, pese a todas las dificultades, la mayor oportunidad de alcanzar una paz duradera entre Israel y Palestina desde los acuerdos de Oslo, a mediados de los noventa.
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