El PSOE intenta atajar el malestar por la gestión del 'caso Salazar' con una reunión urgente de sus responsables de Igualdad
La ministra Ana Redondo advierte del daño a la «credibilidad» del partido y pide ser «mucho más rigurosos» en la selección de cargos orgánicos
Hay «disgusto» y «conmoción» entre las mujeres del PSOE por cómo se ha gestionado desde la dirección del partido el escándalo protagonizado por el exalto ... cargo de Moncloa Francisco Salazar, apartado de todos sus cargos el pasado junio, cuando estaba a punto de ascender a adjunto a la secretaría de Organización, al trascender unas acusaciones de mujeres que habían trabajado a sus órdenes y fueron supuestamente víctimas de su comportamiento machista. Para atajarlo, se ha convocado hoy a una reunión telemática con las secretarias de Igualdad de todas las federaciones del partido.
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En Ferraz rebajan el asunto y aseguran que no hay nada «extraordinario» en esta cita, que encuentros similares se realizan «con cierta frecuencia», aunque dan por descontado que en ella estará presente la cuestión de las denuncias dadas a conocer por eldiario.es contra el exdirigente socialista; las sospechas de las propias víctimas de que, pasado el tiempo y con asunto fuera ya el foco, se había pretendido dar carpetazo al asunto sin siquiera consultarlas, y la constatación de que las mujeres acosadas no sintieron que se hubiera creado un espacio seguro en el que pudieran hablar sin miedo a represalias.
Fuentes socialistas, sin embargo, aseguran que varias responsables de Igualdad en la distintas federaciones habían pedido "explicaciones urgentes" a la dirección tras detectar el enorme "malestar" no solo entre las mujeres del partido sino "en el movimiento feminista, más allá de las feministas del PSOE" y que habían reclamado un encuentro para ver "cómo se puede paliar el efecto dañino en la credibilidad" de la formación.
Los testimonios de las dos únicas militantes que se atrevieron a dar el paso de recurrir al canal interno habilitado por la formación para este tipo de casos - dados a conocer por el mismo medio digital que en junio dio ya voz a otras dos mujeres- provocaron el martes una sacudida interna. La ministra portavoz, Pilar Alegría, a la que apenas unas semanas antes se había fotografiado comiendo en un restaurante con Salazar en una cita que ella naturalizó como «un encuentro del ámbito personal con una persona a la que conozco desde hace muchos años» cambió totalmente de registro para tildar la actitud descrita de «vomitiva».
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En sus relatos, las trabajadoras, que formaron parte de los equipos que el exresponsable de Coordinación Institucional de la Presidencia del Gobierno tenía en la Moncloa, explican cosas como que este «llegaba por la mañana y te decía el buen culo que te hacía ese pantalón o te pedía que le enseñaras el escote», que en una ocasión «escenificó en medio del despacho una felación con todo lujo de detalles sin venir a cuento» o que «salía del baño que tenía en su despacho a medio vestir y no se subía la cremallera hasta que estaba cerca de tu cara».
La ministra de Igualdad, Ana Redondo, coincidió hoy abiertamente en que este caso ha hecho un enorme daño a la «credibiliad» del partido, que hace gala de su feminismo y pidió «ser mucho más rigurosos en la selección de cargos orgánicos para que estas actitudes se erradiquen completamente». Redondo, que ocupó la secretaría de Igualdad de la formación, fue sustituida en el congreso federal celebrado hace un año en Sevilla (el mismo que ratificó a Santos Cerdán como secretario de Organización) por la delegada del Gobierno en Valencia Pilar Bernabé. Es esta la responsable de la convocatoria de hoy.
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El lunes, eldiario.es publicó que las denunciantes no habían sido contactadas por la comisión antiacoso en todo este tiempo y que, además, habían visto cómo sus expedientes desaparecían del sistema. Según este mismo medio, el partido alegó que, dado que Salazar se había dado de baja como militante la semana anterior, ya no se le podía investigar. Ante el ruido generado, la portavoz de la ejecutiva, Montse Mínguez, aseguró ese mismo día en una rueda de prensa que no sería así, que pese a todo se seguiría con el proceso y que, aunque no estuvieran visibles para ellas los testimonios de las mujeres no habían sido borrados y se recuperarían .
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