Joaquín Abós: «Se confunde la guerra de Putin con la de los rusos. La rusofobia ha llegado»
exdirectivo del Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo ·
Su hipótesis más probable es que el malestar contra Putin llegue desde el mundo del dinero a cuenta del bloqueo impuesto por Occidente, una medida sin precedentes en la historia«Esta guerra será el fin de Putin, pero no sé si en meses o en años», deja abierta una aspiración que fía a la ... escalada del descontento ruso Joaquín Abós (Huesca 1945), exdirectivo del Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo (BERD) y afincado en Málaga desde hace 18 años. Su hipótesis más probable es que el malestar contra Putin -«La calaña del personaje creo que no la sospechaban ni los más cercanos»- llegue desde el mundo del dinero a cuenta del bloqueo impuesto por Occidente, una medida sin precedentes en la historia. «Sin tarjetas de crédito, con activos bloqueados y sin poder invertir, volar, mover sus yates...eso explota por algún sitio, o por los militares o por los oligarcas. He vivido siete años en Londres y la realidad de 'Londongrado', como se conoce por el peso de los oligarcas rusos, está en serio riesgo», refuerza su hipótesis este experto en banca internacional, que se movió durante siete años por la Rusia y las exrepúblicas del inmediato derrumbe soviético.
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«La rusofobia ha llegado. Se confunde la guerra de Putin con la guerra de los rusos», lamenta una deriva que saldrá seguramente mañana, día 10, en el coloquio que acompañará la presentación en la Sociedad Económica de Amigos del País, a partir de las 19 horas, de 'Liderazgo en acción', un libro en el que ha recopilado 40 años de artículos, entre ellos los que hablan de su experiencia profesional en exrepúblicas soviéticas a partir de 1993 como alto directivo del Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo (BERD), institución multilateral creada tras la desintegración de la URSS por 60 países, incluida la Federación Rusa, y que tenía como misión abrirlos a la economía de mercado.
Abós ordena ahora recuerdos y escribe sus memorias en Málaga, donde se afincó con su mujer hace 18 años después de vivir en 11 países. «Lo estoy pasando mal, como todo el mundo y casi me echo a llorar, y rezo, rezo mucho. No tiene nombre lo que están haciendo los rusos en Ucrania», resume su incredulidad ante la invasión, pegado a Sky News, su informativo de cabecera. Es un convencido de que el líder occidental clave para una salida a la situación no será Biden sino Boris Johnson. «Alemania desmanteló las centrales nucleares y está muy expuesta energéticamente, además ese excanciller Schroeder como directivo en el proyectado nuevo gasoducto con Rusia.. Por otro lado, EE UU es hoy un país débil. ¿Dónde se ha visto un señor de 80 años al frente de una potencia mundial avisando un día y otro también de que iba a haber una invasión en vez de actuar?», argumenta en defensa de su apuesta por Reino Unido. «Ningún país está haciendo más por que esto acabe. Boris Johnson tiene la mejor información de los servicios de Inteligencia, y sobre todo, un plan de acción, una estrategia con el resto de lídera», asegura quien sostiene que «las crisis mundiales son crisis de líderes».
La portada del libro de Joaquín Abós 'Liderazgo en acción' reproduce la imagen de un icono ruso del siglo XIV que le regaló un agradecido Boris Nemtsov, el matemático y físico convertido en líder de la oposición a Putin, asesinado a tiros cuando caminaba con su mujer cerca del Kremlin. Ocurrió en febrero de 2015, pocos días antes de la marcha de protesta de la oposición contra la crisis económica y la guerra del Dombás. Con el disidente y fundador del movimiento Joven Rusia y viceministro con Yeltsin, Abós tuvo una «relación especial casi de amistad» durante una etapa profesional como banquero cuando el principal crítico de Putin era gobernador de la provincia de Nizhny Novgorod, la más activa en privatizaciones y creación de los primeros bancos.
Abós ya conocía la banca pública de Rusia, donde viajó por primera vez en 1984 como director del área internacional de la Caja de Ahorros de Zaragoza, la entidad que dio origen a Ibercaja y en la que, con 27 años, lideró la iniciativa para que Ford montara su fábrica de coches en España. Valencia ganó frente a Zaragoza, pero siete años de estudios y de animar a las instituciones en la compra de decenas de hectáreas, la aspiración de Abós se concreto con General Motor. «Hice muchas cosas en la caja de ahorros pero de lo que estoy más orgulloso es de ese proyecto.», asegura convencido ahora de que la apuesta española por el futuro del coche no contaminante debe ser el hidrogeno y no las baterías de litio. Desde 2016, cuando conoció a Francisco de la Torre, está la agenda informal de asesores senior del alcalde. Y nada malagueño le es ajeno, desde la evolución de la ciudad hasta su proyección financiera. «Es una lástima que por personalismos Unicaja e Ibercaja no se fusionaran en su día», se duele ante el momento que vive el banco malagueño alguien que conoce desde dentro y ha escrito mucho sobre el sistema financiero español, y que ejerce en la actualidad como experto para España y Portugal de Stone Mountain Capital, una firma global de asesoramiento financiero con sedes en Londres, Zurich y Dubai.
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