El PP teme que la nueva estrategia de Sánchez erosione sus reformas
Los populares creen que la oposición podría acelerar la derogación de la obra legislativa de Rajoy
Nuria vega
Lunes, 29 de mayo 2017, 00:46
A falta de saber «qué Pedro Sánchez es el que ha vuelto» a la dirección federal del PSOE, la incertidumbre envuelve los pronósticos del PP. ... El recién reelegido secretario general de los socialistas no contará con escaño desde el que replicar a Mariano Rajoy en el Congreso de los Diputados, pero los populares temen una nueva estrategia ofensiva de la segunda fuerza política que transforme la Cámara baja en un campo de batalla para el desgaste del Ejecutivo.
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Todos en el PP coinciden en que el tipo de oposición que pretenda Sánchez está por concretarse. Pero la puesta en escena del pasado miércoles en la comisión que investigará las finanzas del partido de Rajoy, no ha contribuido a tranquilizar a los populares. Quienes asistieron al encuentro apuntan que la actitud de los socialistas fue «más agresiva» que la de Podemos. Y ese elemento de juicio alimenta en la formación conservadora la tesis de que el nuevo PSOE competirá cada día por el espectro de la izquierda con Pablo Iglesias en detrimento del Gobierno. Esta posible tendencia rompería con la estrategia de «oposición constructiva» que la gestora, con Javier Fernández al frente, inauguró inmediatamente después de la investidura de Rajoy. Asumida la abstención que aupó al presidente a la Moncloa tras un año de bloqueo en el Congreso, los socialistas se esforzaron en pactar todo aquello que contribuyera a su relato social y beneficiara a la comunidades autónomas en las que gobierna.
Las cifras revelan una colaboración bastante intensa. Los socialistas han apoyado activamente desde el inicio de la legislatura once de los trece reales decretos que el Gobierno ha enviado a la Cámara baja. Su abstención facilitó que otro de ellos se aprobara con holgura y sólo se opusieron a la reforma del sector de la estiba en las dos ocasiones en las que la propuesta fue sometida al pleno. Pero, además, PP y PSOE han coincidido en el hemiciclo en el 56% de la votaciones.
El primer gran acuerdo consensuado con los socialistas se alcanzó el pasado mes de diciembre para sacar adelante el techo de gasto de 2017 que serviría de base para la elaboración de los Presupuestos. El marco para 2018 deberá estar listo en verano, de manera que las cuentas puedan presentarse tras el periodo estival. En esta ocasión, sin embargo, el PP estima más complicado poder llegar a un pacto con los socialistas.
No es eso lo que inquieta en la Moncloa. Consideran incluso «probable» que el PSOE siga respaldando asuntos de Estado, especialmente en materia europea o en cuestiones urgentes. Pero aun superando con dificultades la actividad legislativa, en el Gobierno intuyen que el ambiente político en la Cámara baja puede volverse irrespirable.
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La dirección del PSOE podría recurrir a la estrategia de las reprobaciones de ministros, aumentar la presión sobre Rajoy en la comisión que examinará la supuesta financiación irregular del PP o incluso acelerar la derogación o reforma del legado del Gobierno de la mayoría absoluta. En resumen, rectificar la ley de seguridad ciudadana, modificar la regulación del mercado laboral o poner en cuestión otras iniciativas emprendidas entre los años 2011 y 2015.
En este escenario de desgaste político, agravado por los posibles casos de corrupción, el presidente siempre contará con la potestad de adelantar elecciones y acortar la agonía. No es algo que entre en los planes de Rajoy, pero fuentes del PP insisten en que nada debe descartarse.
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