Rolls-Royce Droptail: la quintaesencia del lujo

A diferencia de creaciones anteriores, como el Sweptail presentado en 2017, el Droptail no se basa en ninguna plataforma ni chasis existente. Se trata de una obra totalmente nueva, con un chasis completamente nuevo basado en acero y fibra de carbono. Así, el primer material se utiliza desde la parte delantera hasta el pilar B, mientras que el resto del chasis se termina en fibra de carbono. De hecho, para su creación la firma inglesa ha fabricado las piezas de carbono más grandes que ha creado hasta la fecha.

Bajo el capó se encuentra el ya de sobra conocido V12 biturbo de 6,75 litros de cilindrada. Sin embargo, para esta ocasión, aumenta su potencia hasta los 600 caballos y su par motor asciende hasta los 840 NM. El motor se encuentra asociado a una caja automática de ocho velocidades.

Como se mencionaba al principio, se trata de un encargo personal, de clientes privados y anónimos, que se realizará en la fábrica de GoodWood y que se añade a la serie de vehículos que en los últimos años han salido del departamento de Coach Build, una sección donde clientes privados pueden encargar creaciones exclusivas, como el anterior Boat Tail.

La temática utilizada para su diseño se basa en la Rosa negra de Baccara francesa, combinando el rojo carmesí y el negro. La escultura exterior está bañada en un color que la marca ha denominado True Love, un trabajo de pintura que consta de cinco capas distintas, cada una con un matiz de rojo distinto. Dependiendo de cómo incida la luz sobre la carrocería, esta puede adquirir distintas tonalidades de rojo e incluso llegar al negro. Además, el diseño de este biplaza convertible bebe de algunos Rolls-Royce estadounidenses del pasado, como el Rolls-Royce Silve Ghost Piccadilly de 1925 o el Phantom Brewster New York Roadster de 1930.

El techo, plegable y desplegable eléctricamente, es electrocromático, lo que permite que sus ocupantes lo oscurezcan o permitan el paso de la luz con tan solo pulsar un botón.

El interior, dominado por el rojo, está cuidado al detalle. La parte trasera de los asientos están cubiertos por una lámina de madera para la cual la firma inglesa ha utilizado un total de 1603 piezas de madera de sicomoro negro con la intención de recrear, a petición de los clientes, la ilusión de pétalos de rosa esparcidos de manera natural. Para que esta sensación sea más palpable y realista, de las piezas utilizadas, 533 son asimétricas y pintadas en rojo a mano. Esta sublime obra de artesanía ha requerido que el maestro encargado de realizarla concentre toda su atención en el proceso, razón por la cual trabajaba solo en periodos de una hora en una sala perfectamente insonorizada. Solo la creación de esta pieza ha tomado 9 meses de trabajo.

En el salpicadero destaca el reloj firmado por Audemars Piguet, valorado en más de 200.000 euros. Este reloj es, en realidad, un reloj de pulsera integrado en el salpicadero. El Droptail integra un mecanismo que permite desacoplar el reloj del salpicadero en caso de que los ocupantes prefieran lucirlo en sus muñecas. Cuando esto sucede, bajo el reloj se esconde una insignia de oro blanco con una rosa grabada que ocupa el espacio reservado para el cronómetro.

La Rose Noire Droptail es el primero de esta nueva serie de Rolls-Royce limitada a cuatro unidades, por lo que en los próximos años la marca creará tres Droptails más.