Prueba BMW C 400 X «Rugged»: Un dotadísimo y ágil misíl urbano
IVÁN BOLAÑO DOFORNO
Viernes, 21 de noviembre 2025, 16:00
BMW Motorrad cuenta en su catálogo con un escúter diferente, al que cuesta catalogar o incluso encontrar rivales naturales. El C 400 X no se ... define con claridad: vendría a ser un maxiscooter urbano, sin cualidades ruteras -pues no cuenta con pantalla ni carrocería muy protectora, ni amplio confort para los viajes-, con un estilo Adventure pero sin elementos propios de ese segmento -llanta delantera de 15 pulgadas y recorridos de suspensiones convencionales- y que tendría su hábitat principalmente en la ciudad aunque su practicidad tampoco es su principal reclamo pues, por ejemplo, no ofrece gran capacidad de almacenaje en marcha bajo el asiento. Entonces, ¿cómo posicionamos o etiquetamos al C 400 X?
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Después de probarlo durante varios días, sinceramente, no tengo una respuesta clara a esa pregunta. Lo que sí me ha quedado meridiano es que el alemán es uno de los escúteres más divertidos y emocionantes que he probado en mi vida. Su extraordinaria capacidad de aceleración, su tamaño compacto y corta distancia entre ejes, y su alta agilidad para «bailar» entre coches por la ciudad, le otorgan un dinamismo realmente sorprendente.
Fue lanzado por BMW Motorrad hace unos cinco años, junto a su hermano gemelo, el C 400 GT, mucho más turístico y definido. Ahora, el X ha recibido una primera actualización que conserva intacta su esencia personal pero que incrementa bastante su dotación electrónica con un completo paquete de ayudas a la conducción. Su precio es de 7.690 €.
La gran novedad de esta nueva generación es que, el control de tracción y el ABS ya disponibles en la versión anterior, ahora son sensibles a la inclinación. Y es que se ha añadido, por un lado, el ABS Pro: un sistema que, través de una caja de sensores montada en el propio grupo hidráulico del ABS, tiene en cuenta ahora el ángulo de inclinación de la moto, evitando que las ruedas se bloqueen incluso al accionar rápidamente la maneta de freno en plena curva. Y por otro lado, el Control Dinámico de Tracción (DTC), que ofrece aún más seguridad al acelerar, incluso con ángulo de inclinación y especialmente cuando la carretera está resbaladiza.
También equipa de serie el Control del Par de Arrastre Motor (abre las válvulas de mariposa lo suficiente para igualar el par de arrastre y estabilizar el vehículo, evitando deslizamientos excesivos de los frenos en la rueda trasera por patinaje o derrapado) y el Control Dinámico de Frenada (aporta estabilidad de frenada y conducción con la mejor deceleración posible incluso en las curvas).
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Otra novedad relevante recae en su instrumentación, pues ahora la pantalla TFT de 6,5 pulgadas a todo color se incluye de serie. En combinación con la aplicación BMW Motorrad Connected, la pantalla está vinculada al multicontrolador situado en el manillar izquierdo. Se puede conectar con el teléfono mediante Bluetooth sin necesidad de instalar ninguna aplicación, para gestionar llamadas o escuchar música en el casco. Si se descarga la app BMW Motorrad Connected gratuita, entonces el usuario puede acceder a la navegación con flechas.
El volumen de almacenamiento bajo el asiento ha aumentado en 3 litros, no mucho pero suficiente para guardar cosas en su interior con más holgura. En este hueco, donde encontramos iluminación interior y un puerto de carga USB, el C 400 X puede guardar, solamente cuando está parado, un casco integral (abriendo el sistema flex case, se pasa de 31 a 45 litros de capacidad). La guantera delantera aporta una toma USB, ideal para cargar el móvil.
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El propulsor, que ya cuenta con la homologación Euro5+, sigue siendo el monocilíndrico de 350 cc, con 34 CV a 7.500 rpm de potencia máxima y un par máximo de 35 Nm a 5.750 rpm. La potencia se transmite a través de una transmisión CVT de variación continua que aporta suavidad y un basculante de gran rigidez torsional. Es una mecánica que ofrece unas prestaciones ideales para el uso en ciudad y alrededores, con un tacto de acelerador fino y preciso, gracias a su acelerador electrónico, una respuesta muy eléctrica y capaz de superar con creces la velocidad de 120 km/h, y ofreciendo recuperaciones muy enérgicas.
En la parte ciclo, sigue contando con un chasis con puente de acero, suspensiones formadas por horquilla convencional de 35 mm y 110 mm de recorrido y doble amortiguador trasero con muelles ajustables en precarga y 112 mm de recorrido. Es una moto de gran agilidad de movimientos, muy manejable, pero al mismo tiempo robusta y equilibrada, y sus suspensiones filtran con solvencia.
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En los frenos, trabajan dos discos delanteros de 265 mm con pinza radial JJuan de 4 pistones y un disco trasero del mismo diámetro y pinza simple. El tacto de frenos me pareció brillante, muy potente y dosificable. Equipa llantas de 15« delante y 14» detrás, de 120/70 y 150/70 respectivamente, que aportan un gran compromiso entre agilidad y aplomo. El depósito de gasolina ofrece 12,8 litros de capacidad. El peso en orden de marcha es de 208 kg, pero la verdad es que no se notan. Cuenta con pata lateral y un caballete central muy fácil de poner.
Su diseño es de lo más peculiar de la categoría, tal y como nos tiene acostumbrados la firma bávara. En el C 400 X, se aprecia la influencia de la gama GS, con una carrocería angulosa y compacta de estilo aventurero protagonizada por su faro asimétrico y un estilo general bastante deportivo.
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Enseguida se nota la calidad premium en acabados y materiales, con la presencia de logos de BMW en el centro del manillar o carrocería de la moto. Destaca su cualitativo tapón del depósito de gasolina de estilo deportivo, y su asiento con textura antideslizante.
La unidad probada es la versión «Rugge», muy llamativa y sport, que luce el color de carrocería Kalamata metalizado mate, llantas y pegatinas rojas en conjunto con unos nuevos neumáticos mixtos, como emulando a motos todoterreno, y pinzas de freno doradas en la parte delantera. También exhibe un parabrisas tintado oscuro, un sillín en rojo y negro, estribos de acero inoxidable y cubremanos disponibles como accesorio opcional. Esta unidad probada también contaba con sistema de llave de proximidad o keyless, puños y asientos calefactables.
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Como decíamos, la BMW C 400 X está enfocada a un uso diario, con un tamaño relativamente compacto -dentro de su segmento de maxiscooters- y una conducción primorosamente ágil y manejable, ideal para sortear el tráfico y deshacerse de los atascos urbanos. Cuenta con un túnel central, que aporta una buena rigidez al conjunto, pero no está muy elevado así que no dificulta el acceso al vehículo tal y como suele suceder en este tipo de maxiscooters.
Su altura de asiento, a 750 mm, ayuda mucho en este sentido, y permite apoyar los pies en el suelo con tranquilidad. El asiento es ancho y la postura es cómoda, algo más erguida de lo habitual en el segmento, con una ergonomía que cierra ligeramente los brazos debido al manillar algo estrecho. Hay espacio suficiente para las piernas incluso para conductores altos. La pantalla TFT ofrece una visibilidad perfecta. El pasajero cuenta con grandes asas para sujetarse y cómodos reposapiés con goma.
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