Mercedes-Benz GLC 300e. Antonio Contreras
SUR al Volante

Mercedes-Benz GLC 300e: una alfombra mágica con Etiqueta Cero no apta para todos los bolsillos

Probamos la versión híbrida enchufable gasolina de 313 caballos

Viernes, 8 de agosto 2025, 00:13

Si hay un modelo que ha sabido cosechar éxitos dentro de Mercedes en los últimos años es el GLC. Desde 2020, el SUV del segmento ... C de la estrella se ha convertido en el modelo más vendido de la firma alemana año tras año, arrebatando el puesto al archiconocido Clase C. Para mantener su éxito la marca no solo lo ha ido actualizando con nuevas generaciones, carrocerías (véase el coupé) y restylings, sino que también ha ido incorporando todas las novedades y tecnologías técnicas que la firma ha ido desarrollando. Así, aquel que quiera comprarse un GLC puede seguir optando por mecánicas más tradicionales como diésel o gasolina, variantes híbridas de altas prestaciones por encima de los 650 caballos y la que hoy nos ocupa, la híbrida enchufable con mecánica térmica tanto diésel como gasolina. Es, de hecho, el único SUV híbrido enchufable diésel que puedes comprar actualmente en nuestro mercado, aunque nuestra unidad opta por 95. Una opción que reduce drásticamente los consumos a base de cable y que puede llegar a reducir el uso de gasolina a cero en pequeños trayectos siempre y cuando recarguemos con relativa asiduidad.

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Mercedes vuelve a ser Mercedes

Mercedes-Benz GLC 300e. Antonio Contreras

Los gustos son algo muy personal y en términos de diseño lo que para unos puede ser un acierto para otros es un desatino. El actual lenguaje de diseño de Mercedes pierde el barroquismo que tuvo durante algunos años la marca, recuperando así las raíces de los diseños originales de Mercedes, basados en la elegancia de sus productos. El Glc es un producto sobrio, que huye de líneas de tensión innecesarias y aditamentos estéticos que no aporten al conjunto (salvo las falsas salidas de escape), con una carrocería limpia, presidida por la estrella en tamaño XXL en la parrilla.

La vista lateral es limpia, elegante y proporcionada, con uso de cromados para las manetas de las puertas o los marcos de las ventanillas, algo cada vez más en desuso en pro del negro piano y que otorga un plus de elegancia que no es capaz de otorgar el uso de otros acabados. Las formas en su vista lateral nos recuerdan a un todoterreno al uso (de hecho, aunque esto no es un tt, contamos con tracción a las cuatro ruedas e incluso un modo off road), dejando el dinamismo para la carrocería coupé.

Sus medidas lo hacen un coche de mucha presencia en la carretera: 4.716 milímetros de largo, 1.890 de ancho, 1.638 de alto y 2.888 de batalla, lo cual otorga una muy buena habitabilidad en el interior. Cotas de D-Suv colocado en la tabla media, jugando con cotas muy similares a el grueso de sus rivales. Con todo, el GLC consigue uno de los mejores coeficientes aerodinámicos de su segmento, con un Cx de tan solo 0,29. Nada mal para un coche de estas características.

Tecnología como herramienta para el lujo

Interior Mercedes-Benz 300e. Antonio Contreras

El interior del Mercedes GLC es de esos que impactan desde el primer vistazo. El uso de luces ambientales, su volante de seis radios y las dos pantallas (una para el cuadro de instrumentos y otra para el infoentretenimiento) otorgan al habitáculo un aspecto muy tecnológico y de mucha presencia en general. La botonera del volante es táctil y los mandos de la climatización se relegan a la pantalla central, aunque están siempre presentes. La calidad de construcción, lejos de lo que se ve pululando por las redes, es muy buena, sin crujidos en las molduras del salpicadero o puertas. Se recurre al cuero para algunos elementos, como los paños de las puertas, el reposabrazos central o el tapizado del volante, y plástico con diferentes texturas para el salpicadero o mueble central.

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El cuadro de instrumentos ofrece muchísima personalización, tanto en diseños disponibles como de la información que queremos que se nos muestre en pantalla. La pantalla central, que puede operarse a través del volante (algo muy raro de ver) tiene un sistema operativo rápido y de muy buenas gráficas, aunque requiere un pequeño periodo de aprendizaje para tener localizadas todas sus opciones, que no es que sean precisamente pocas. Como buen aspiracional alemán, aquí el nivel de equipamiento lo eliges tú, pero cualquier equipamiento que puedas imaginar, está disponible. Previo pago, por supuesto.

Las plazas traseras son cómodas, con un mullido firme pero no desagradable en absoluto. Tenemos muchísimo espacio para las rodillas, cabeza y hombros, dos salidas de aireación orientables (podemos equipar hasta un climatizador cuatrizona si así lo deseamos) y dos tomas usb de tipo C. Los materiales aquí utilizados no reducen su calidad respecto a las plazas delanteras, algo cada vez más común incluso en coches de este segmento.

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El maletero, que cuenta con portón eléctrico y manos libres, ofrece hasta 470 litros en configuración de cinco plazas y 1.530 si abatimos la banqueta de asientos trasera, la cual puede plegarse a través de dos botones situados en el propio maletero. La cifra, si bien no es mala, se ve perjudicada por el uso de baterías en esta versión híbrida enchufable, ya que se alojan bajo el maletero. Si escogemos una versión no enchufable, la capacidad crece por encima de los 600 litros.

Una de las mayores autonomías eléctricas de su categoría

Mercedes-Benz GLC 300e. Antonio Contreras

Para mover al GLC Mercedes ofrece infinidad de opciones mecánicas, todas con etiqueta Eco o Cero. Nuestra unidad equipa la motorización híbrida enchufable con motor gasolina, pues existe también la opción híbrida enchufable con mecánica diésel. Se trata de una de las opciones, tanto diésel como gasolina, más interesantes dentro del actual catálogo de Mercedes, gracias a su combinación entre prestaciones, consumo y suavidad. Además de tener la etiqueta Cero de la DGT.

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Se trata de un sistema capaz de desarrollar una potencia máxima de 313 caballos y 550 Newton metro de par procedentes de dos motores. El motor de combustión es un cuatro cilindros en línea de dos litros de cilindrada con bloque y culata de aluminio, inyección directa, dos árboles de leva, turbo y un buen equipamiento tecnológico en general. Con todo, es capaz de generar 204 caballos a 6.100 vueltas y un par de 320 Nm de 2.000 a 4.000 revoluciones por minuto. Va asociado a una transmisión de convertidor de par y nueve relaciones que envía la fuerza a las cuatro ruedas, pudiendo enviar hasta el setenta por ciento de la fuerza al eje trasero.

Por su parte, el motor eléctrico, colocado en la propia caja (lo que hace que el coche funcione con tracción a las cuatro ruedas incluso en modo cien por cien eléctrico) es capaz de desarrollar 136 caballos y 440 Nm. Viene asociado a una batería de iones de litio de 24,8 kWh de capacidad útil, lo que le otorga una autonomía teórica en modo eléctrico de 130 kilómetros. Algo más baja en realidad, pero en usos urbanos podremos rozar e incluso alcanzar los cien kilómetros. En corriente continua acepta cargas de hasta 60 kW, lo que le permite pasar del diez al ochenta por ciento de carga en apenas veinte minutos.

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Con semejante arsenal tecnológico, este mastodonte de 2315 kilos es capaz de acelerar de cero a cien en apenas 6,7 segundos y alcanzar una punta de 218 kilómetros por hora. Según ciclo WLTP el consumo medio mixto gira alrededor de los 2,1 litros cada cien kilómetros. La realidad con la batería descargada es muy superior, pudiendo hacer consumos de seis litros y medio a la velocidad máxima permitida en España por autovía y un litro menos en uso urbano gracias a la hibridación.

Alfombra de carretera

Mercedes-Benz 300e. Antonio Contreras

A los mandos del Mercedes GLC nos encontramos con un coche cuya posición de conducción se adapta a cualquier tipo de cuerpo. Las regulaciones del asiento y volante (ambas eléctricas) son infinitas, lo que permite encontrar tu posición ideal independientemente de tu tamaño. En cuanto iniciamos la marcha quedan patentes dos aspectos fundamentales en un vehículo cuya pretensión principal es la comodidad: la buena insonorización y el increíble trabajo de las suspensiones. El volante tiene un tacto exquisito y la caja de cambios huye de cualquier atisbo de deportividad, apostando todo a realizar las transiciones lo más imperceptibles posibles.

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Su hábitat por excelencia es, sin ningún género de dudas la autovía y carreteras rápidas. Estamos ante un chasis con un aplomo increíble en autovía, transmitiendo sensación de seguridad a sus ocupantes incluso a altas velocidades. El rodar es prácticamente imperceptible. Cuesta creer que haya cuatro ruedas friccionando constantemente con el asfalto, porque al interior no se transmiten vibraciones de ningún tipo.

En ciudad, al ser un vehículo del segmento D con más de 4,7 metros de largo, no es el mejor vehículo para callejear. Pero con esta solución híbrida enchufable y su buena autonomía podremos utilizar el coche sin gastar ni una sola gota de gasolina con apenas una recarga a la semana (dependiendo de cuántos kilómetros diarios hagas, claro). Además, las motorizaciones eléctricas han demostrado ser la mejor solución para la movilidad urbana gracias a sus bajos consumos en la urbe y el par instantáneo, que los hace moverse con suma fluidez entre el tráfico urbano.

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En carreteras reviradas el coche deja claro dos aspectos fundamentales: que no está pensado para correr y que si lo que quieres es correr, corre y mucho. Es un vehículo muy filtrado que no pretende transmitir sensaciones a sus ocupantes sino aislarlos de ellas, pero eso no significa que el coche sea lento ni muchísimo menos. El excelente juego de la suspensión a la hora de recoger la carrocería en los cambios de apoyo, su buen empuje y un altísimo paso por curva harán que te cueste muchísimo encontrar los límites de este coche. No es su hábitat, pero si necesitas correr, vas a hacerlo.

Precios

Mercedes-Benz 300e. Antonio Contreras

El Mercedes-Benz GLC parte desde los 61.801 euros para su versión estándar con el motor microhíbrido gasolina de 204 caballos y 68.071 euros para la versión híbrida enchufable. Acogiéndonos al Plan Moves el precio de partida es prácticamente el mismo para ambas versiones, lo que hace muchísimo más suculenta la versión híbrida enchufable que la de acceso. Para una unidad como la probada nos tendremos que ir a una cifra que gira en torno a los 80.000 euros. Actualmente existen ofertas que permiten sacar el GLC de combustión desde 450 euros al mes y el híbrido enchufable desde 495 euros al mes.

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