La última voz femenina entre redes
Concepción Sánchez es la única mujer encargada de remendar los aparejos de los barcos que faenan en Marbella. Hoy recibirá un reconocimiento a su labor
En un sector, el pesquero, que en Marbella acaparan prácticamente los hombres -cada vez menos, por otra parte, por la falta de renovación generacional- Concepción ... Sánchez puede estar orgullosa de ser la única mujer que todavía conserva la tradición de las rederas. «En zonas del norte de España o en Castellón, es muy común la imagen de las mujeres en el puerto remendando redes, entre otras cosas porque en estos lugares hay empresas que se encargan de ello, pero aquí sólo me verás a mi. Es una pena que una tradición como esta se pierda, pero esa pasando desde hace tiempo». La suya es una estampa inédita en el puerto pesquero Virgen del Carmen de Marbella que le ha llevado en más de una ocasión a ser la protagonista de la fotografía de algún turista sorprendido en una fugaz visita a un recinto que necesita de manera urgente una remodelación casi integral tras años de abandono.
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A sus 39 años, la tradición pesquera la lleva en los genes. Su abuelo, su padre ya jubilado, su hermano, que tiene un barco... sus primos, que faenan también en el arrastre. Ella es la encargada de remendar esas redes familiares cuando vienen dañadas. «A veces es poca tarea. Otras, les falta hasta un trozo que algún bicho ha arrancado con los dientes», bromea. Nació y se crió a pie de puerto pesquero. Sigue viviendo en La Bajadilla. «Salgo de mi casa y ya estoy en el puerto. Es lo que he vivido desde siempre. Desde mi abuelo, y después toda la familia». Por eso no se planteó dirigir su vida hacia otras disciplinas, a pesar de que se ha formado y cuenta con «todos los títulos posibles» con los que podría salir a la mar. De momento, no se lo plantea, aunque más de una vez ha salido a cubrir a algún familiar. «Tengo la formación básica, la sanitaria, la de radio, la de patrón costero polivalente... «Me he criado viendo a mi padre y a mi abuelo. Mi padre me enseñó a remendar las redes, y ahí sigo. Esto hay que enseñarlo, es como aprender a ser costurera y la mejor forma de aprenderlo es con alguien que lo haga. Empezar es duro. Cuando coges experiencia, va mejor, todo depende de cómo lleguen las redes». Ama su profesión pese a los dolores de espalda que le provocan. «Es lo que peor llevo, las largas horas sentada, pero ahí sigo», explica, lamentando que la suya sea una profesión en peligro de extinción.
Oficio en extinción
Alta temporalidad, bajos sueldos y largos periodos de inactividad caracterizan este oficio, una labor tradicional, manual y altamente cualificada. «Hay días que puedo estar desde las nueve de la mañana a las seis de la tarde. Otros, no hay nada que hacer. Esto es así. Y una gana en función de lo que gane el barco ese día», subraya.
El de hoy será un día especial para Concepción (Conchi, para los conocidos). Con motivo del Día Internacional de la Mujer, recibirá una plata reconocimiento a su trabajo durante un acto organizado por el Puerto Deportivo y la Hermandad Virgen del Carmen, que recientemente firmaban un acuerdo de colaboración para el desarrollo de acciones conjuntas. Será a las 12.30 horas en el puerto. «Esto me da vergüenza», reconoce la homenajeada. «No estoy acostumbrada a estas cosas. Pero está bien que se reconozca a la única mujer que hay entre tanto hombre». Un escenario en el que, asegura, se siente cómoda, entre otras cosas, «porque son como de mi familia. Aquí casi todos me han visto nacer y crecer. Me conocen de toda la vida», apunta.
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